GUILLERMO ROMANÍ «Todos los juguetes que se tiran, me estiran, me llaman y atraen para que los recoja, los recupere, los reconstruya o, en muchas ocasiones, los manipules». Con estas palabras explicó ayer a este periódico Miquel Àngel Juan «Llonovoy» el móvil de la exposición que inauguró ayer en la Sala de Cultura de «Sa Nostra» de Sant Francesc, que permanecerá abierta al público hasta el próximo 7 de enero.

Como sugiere su apodo artístico («Llonovoy»), Miquel Àngel Juan es un payaso, que hace reír, pensar y reflexionar al espectador que se acerca a su exposición: a la manera de un teatro absurdo que a través de viejos juguetes hace un guiño divertido a la realidad. «A veces los dejo tal como los encuentro, porque las cosas rotas me gustan». Sin embargo, en otras ocasiones «intercambio los mecanismos o las piezas de un juguete a otro para provocar situaciones chocantes», explicó.

«Carganells», dos «caganers» de belén en sendos chasis de Scalextric, las «calaveras musicales», o multitud de personajes, animales y objetos de todo tipo, así como instrumentos de música «policías y ladrones» y un sin fin de objetos inclasificables conforman una muestra sugestiva. Desde un carrito de muñecas con altavoz a un piano que anda en lugar de tocar música, las sorpresas son continuas en una exposición que abre los ojos y la mente del espectador.