Concha Márquez Piquer, hija de la cantante Concha Piquer, declaró ayer durante la inauguración de la Casa-Museo en la que nació su madre que es «el premio máximo que Valencia le ha podido dar», ya que en él se recogen objetos personales y profesionales de la más internacional de las tonadilleras españolas.

Esta Casa-museo, cuya inauguración coincide con el nonagésimo quinto aniversario del nacimiento de la artista y en el que el Ayuntamiento de Valencia ha invertido un total de 95 millones de pesetas, está formada por la casa en la que nació, en el seno de una familia humilde, y otra vivienda contigua, ambas de estilo tradicional de la huerta, con planta baja y un piso. La exposición cuenta en su parte inferior con la presencia de diversas maletas y baúles de la cantante, numerosas fotografías, carátulas de discos, una recreación de su camerino y de su despacho y los trajes que usó en sus actuaciones.

Concha Márquez Piquer señaló que su madre siempre tenía «la niñez en su memoria» y recordó que en diversas ocasiones se habían acercado ambas a ver la casa en la que nació la tonadillera, que pasó a ser propiedad de otra familia en 1918. Asimismo, Márquez Piquer subrayó que la voz de su madre era «como la de Gardel en Argentina o la de Sinatra en Estados Unidos», y recordó que hay otras figuras en España también internacionales «como Antonio el Bailarín, que no tiene ninguna calle». «Hay muchos objetos que ni siquiera había visto, porque me dañaba separarme de sus cosas», señaló.