«La intención de la instalación es mostrar la relación entre el tiempo y el simbolismo de los números, algo que siempre me ha interesado mucho». Así explicó ayer Isabel Echarri a Ultima Hora Ibiza y Formentera el propósito que la ha motivado a realizar una instalación titulada «La marelle» en la galería Michèle Broutta de París. La muestra hace referencia al juego infantil de la rayuela, en el que, empujándola con el pie, una piedra se va desplazando por varias casillas pintadas en el suelo.

Aunque el juego suele tener seis casillas, la instalación de Echarri ha aumentado el número hasta doce. «La razón es que así es como se hacía en Egipto, porque es un juego muy antiguo. En vasco se llamaba el chingo y creo que en castellano es alquerque», comentó la artista, quien ha preparado esta original instalación durante su estancia anual en Formentera, isla en la que reside varios meses desde hace bastantes años. «He trabajado todo el verano preparando la instalación, y hasta me he traído las cañas de la misma Formentera. Ha sido complicadísimo de montar, porque en lugar de estar en el suelo, la he puesto en el techo de la galería, en un espacio que ocupa doce metros cuadrados».

La participación en la instalación del escritor y dramaturgo Fernando Arrabal (buen amigo de Echarri desde hace años) ha consistido «en doce frases relacionadas con el simbolismo del número doce: las doce horas, los doce trabajos de Hércules...». «En el juego también hay transparencias; en algunas partes se deja pasar a la luz y en otras no, como imitando el juego entre la tierra y el cielo». La muestra se completa con una serie de libros-objetos, de los cuales Isabel Echarri ya ha presentado un buen número de ellos en varias exposiciones presentadas en Eivissa y Formentera. «He puesto varios míos, entre ellos uno de los que realice para el centenario de García Lorca, que ya se vio en la isla; otros de Fernando Arrabal y dos de mi hija Paloma», comentó.

Además de la colaboración especial de Arrabal, Isabel Echarri también ha contado con otra «cómplice», Christina Burrus. «Es toda una autoridad en arte en París. Ella fue la que comisarió una exposición extraordinaria de la pintora mexicana Frida Kahlo y otra de su marido, el pintor muralista Diego Rivera». «Desde hace unos veinticinco o treinta años nos conocemos y sigue la pista de mis actividades. Ha sido un gesto muy de agradecer por su parte el que me haya echado una mano en preparar la exposición, porque como te digo ha sido bastante compleja de montar», afirmó Isabel Echarri. La muestra fue inaugurada el pasado día 5 en la galería Michèle Broutta, ubicada en el número 31 de la Rue des Berges de París. «Fue mucha gente del mundillo cultural y social parisino; un ambiente muy sofisticado, la verdad, que resulta todo un contraste con el tipo de vida que llevo en Formentera», concluyó.