P. TUR La pianista de origen parisino Ludovica Mosca ofreció en la noche de ayer un concierto en la Sala de Cultura de «Sa Nostra» en el que ofreció un programa que, combinando la música clásica y el jazz, incluyó piezas de Bach, Schumann, Ribas, Gershwin y Chick Corea. «Interpreto temas barrocos y jazz. Las piezas de Gershwin pueden considerarse como el nexo de unión entre ambos mundos», explicó la pianista durante los ensayos que realizó en la sala ibicenca.

Pero la fuerza de Bach se deja notar en sus palabras: «De joven -dijo- aprendí que era muy importante interpretar bien a Bach, pero también la música de nuestro tiempo». «Bach es un grande entre los grandes. Tiene una arquitectura musical perfecta, una ciencia compositiva inmensa y una inspiración melódica que sobrepasa y atrapa al oyente», añadió sin esconder su admiración por el músico.

Acerca de la influencia que ha ejercido la obra de Bach en los músicos de jazz, Mosca opinó que es precisamente esa «arquitectura, ciencia e inspiración lo que ha atrapado a los compositores del mundo del jazz». «Cuando se escucha a Bach se le pone a uno la piel de gallina», afirmó.

Igualmente, Mosca es una gran defensora de los compositores contemporáneos, de quienes siempre procura incorporar piezas en su repertorio. «La música contemporánea no se programa y entonces es muy difícil que la gente se familiarice con ella. Hay compositores extraordinarios que son muy poco conocidos». Pero su afán por la divulgación de la música también alcanza a los clásicos. «La pieza de Schumann que interpreto también es muy poco conocida», finalizó.