El acto contó con la presencia de los Reyes y tuvo lugar en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares.

El Rey entregó ayer al escritor Francisco Umbral el Premio Cervantes, el galardón más importantes de las letras hispanas, en un acto solemne celebrado en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, en el que dijo que el premiado era «la mejor insignia de la lengua castellana».

El acto, que comenzó pasadas las doce del mediodía, fue abierto por el director general del libro, Fernando de Lanzas, quien en su calidad de secretario del jurado del Cervantes leyó el acta de concesión del Premio, considerado el Nobel de las letras en español y que este año cumple su vigésima quinta edición. Tras esta lecturas, el Rey le impuso al escritor la Medalla correspondiente al premio y el Trofeo realizado especialmente para la ocasión. A continuación, y tras un cerrado aplauso del numeroso público que abarrotaba la sala, Umbral leyó su discurso de recepción del premio titulado «Un hidalgo y un fantoche llenos de sol y viento».

Un discurso en el que el autor de «Mortal y rosa» habló de la figura de Cervantes como «el hombre que puso a España patas arriba» y que, al romper el compromiso burgués de la novela de caballería «vio arder la cultura vieja y abrió brecha para una nueva literatura». «Cervantes es vanguardia, como vanguardia es rebeldía y como rebelde deja herencia», dijo Umbral para quien Cervantes rompió «con la mediocridad de su vida para emprender un libro donde está su rabia por el mundo».

El Rey Juan Carlos cerró el acto con un discurso en el que dijo que Umbral «además de homenajear al autor de 'El Quijote' rinde tributo a una lengua universal y a su tradición literaria». Tras sus palabras, el monarca levantó la sesión y los invitados en pleno se pusieron en pie, junto con las autoridades, para escuchar el «Gaudeamus igitur». Y tras la solemne ceremonia, los Monarcas, junto con el flamante Premio Cervantes y demás autoridades, posaron para los fotógrafos en el patio central de la Universidad. A partir de ahí, se rompió el protocolo y los invitados comenzaron a charlar de forma distendida con el premiado.

Las feministas se manifiestan en contra del autor
Unas 50 mujeres feministas forzaron ayer su entrada en la Real Academia Española (RAE) y realizaron un acto de protesta en su interior, en desacuerdo con la entrega, a esa misma hora, del premio Cervantes 2000 a Francisco Umbral, al considerar que el escritor «justifica la violencia contra las mujeres». Según explicó una portavoz del grupo, que representaba a cerca de 40 asociaciones de mujeres de España y Latinoamérica, el grupo entró en el edificio tras «un forcejeo con los guardias jurados». Una vez dentro de la Academia las mujeres, que insistieron en que era «un acto simbólico», celebraron una ceremonia en la que simularon la entrega a Umbral del «anti premio Cervantes». El acto se realizó en la RAE «como símbolo de la cultura», dijo la portavoz, quien subrayó que Umbral «representa una cultura machista y en sus escritos ataca a la dignidad de las mujeres».