Juan Antonio Bellido (a la izquierda) y Eduardo Mayol, en una imagen de 1999, cuando ambos formaban la directiva de Sargantana.

«Lo que hace falta es un nuevo equipo que saque del atolladero la cosa y haga una depuración total de Sargantana». Con estas palabras, resumió Juan Antonio Bellido la situación en la que se encuentra esta asociación musical local, que lleva en dique seco desde diciembre de 1999, cuando organizó la II Mostra de Noves Músiques. «Yo ahora estoy metido en los scouts, que me da más satisfacciones, la verdad; pero pueden contar conmigo en la medida de mi tiempo y mis posibilidades; también soy músico y me interesa que Sargantana funcione de una vez», añadió el último presidente de la asociación, quien no ocultó su decepción y disgustó por el fracaso del intento de aglutinar a los músicos de la isla en defensa de sus intereses.

En cualquier caso, Bellido no aspira a una presidencia «que ahora mismo se me hace grande». Y es que, además de los disgustos (entre otros, las desavenencias con Eduardo Mayol, vicepresidente de la asociación), la cosa casi le ha costado dinero. «Me podría costar, porque aún hay alguna factura pendiente, pero no dejaré la presidencia sin dejar todo en orden por mi parte, según la responsabilidad que adquirí», señaló.

Con la sensación de que llueve sobre mojado, Bellido sin embargo quiso mostrarse optimista acerca de la viabilidad de Sargantana Music. «Lo sería si los músicos de la isla se unieran, y dejarán a un lado el protagonismo y la competencia entre ellos; que pueden estar bien, pero que tienen que estar al margen de lo que tienen que ser los objetivos de la asociación». En este sentido, y durante el año largo de parón, algunos de los músicos más comprometidos han celebrado alguna reunión para reorientar Sargantana.