Javier Bardem, el primer actor español que competirá por el Oscar
al Mejor Actor por su trabajo en «Antes de que anochezca», de
Julian Schnabel, se mostró ayer «muy contento» y «orgulloso» por la
nominación. Afirmó que le ha tocado la lotería, pero, por otro
lado, se siente responsable de algo que no puede controlar, y muy
presionado.
En una multitudinaria rueda de prensa, el actor canario, que ha
obtenido múltiples galardones por su recreación del escritor cubano
homosexual represaliado por el castrismo Reynaldo Arenas, se mostró
resacoso de alegría tras la celebración de su nominación al Oscar
con su familia, amigos y su novia. Para Bardem la nominación al
Oscar «tiene la apariencia de ser el principio» de algo que es «muy
bonito», aunque confesó que espera llevar las cosas como hasta
ahora, a lo que añadió: «A lo mejor me quedo con este ruido»,
refiriéndose al éxito que está cosechando.
Sobre sus proyectos y la posibilidad de trabajar en Hollywood
confesó que no tiene ninguna necesidad y que no sabe lo que va a
hacer dentro de tres meses. También aclaró que no va a trabajar
bajo la dirección de Steven Spilberg tal como se rumoreaba. Según
Bardem, el director norteamericano le ofreció, en principio, un
papel muy pequeño. Posteriormente le hizo otra propuesta, un
segundo personaje más largo, pero confesó que no se sentía con
ganas de perseguir a Tom Cruise, con el que compartiría reparto,
por los tejados.
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