«La Catedral de Eivissa es un edificio muy bien estudiado y documentado». Esta es una de las afirmaciones que suscriben las arqueólogas Rosa Gurrea y Àngeles Martín, responsables de los últimos sondeos realizados en el principal edificio religioso de la isla y autoras del libro «Excavaciones arqueológicas en la Catedral de Eivissa», editado por la colección «Quaderns d'Arqueologia Pitiusa» de la Conselleria de Cultura. Actualmente, Gurrea y Martín analizan los datos obtenidos durante el seguimiento de las obras que se realizan en las dependencias del Museo Diocesano y otras estancias anexas de cara a una futura publicación, que complementaría el estudio antes citado.

El hallazgo más relevante del último periodo de seguimiento, llevado a cabo entre los meses de mayo y noviembre de 1999, es el antiguo pavimento de marés de la Sacristía. «Estaba prácticamente entero -señalan- en toda la superficie de la Sacristía, a unos veinte centímetros por debajo del nivel actual, probablemente pertenece a la época en la que se construyó la iglesia». Una de las sorpresas que deparó el descubrimiento fue una hoja doblada de un antiguo misal. Tal y como explican Gurrea y Martín, la hoja quedó sobre la piedra antes de que el piso se reformara. «Descubrimos que la tinta del papel se traspasó a la piedra y quedó grabada la hoja en las losas».

De todos modos, las dos arqueólogas coinciden en que hoy por hoy es difícil realizar algún descubrimiento espectacular en el terreno sobre el que se asienta la Catedral. Aunque en 1992, en la planta de la nave (a los pies del presbiterio), encontraron restos de muros de una antigua edificación en una excavación de casi siete por cuatro metros de superficie. «Su origen podría situarse entre los siglos X y XI y fue inutilizado y enterrado en el XII, una época en la que el recinto sufre unas transformaciones muy fuertes. Recortaron la roca en la zona más cercana al Castillo y rellenaron un sector situado junto a la muralla».