EFE-MADRID/J.H. Intentar recuperar los valores que han mantenido viva la poesía a lo largo del tiempo ha sido el principal objetivo del poeta y narrador Antonio Colinas como director de la Colección Linteo Poesía, que se presentó la semana pasada en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Lejos de dar cabida indiscriminada a cualquier tipo de composiciones poéticas, en los textos de la colección Linteo «el poeta responde a una experiencia vital auténtica, a un lirismo y a un humanismo fértiles, a una emoción fundamentada, una cultura vivida y una palabra intensa», declaró Colinas en una entrevista con Efe.

Estos criterios se reflejan muy bien en los tres primeros títulos de la colección: «Como espejo de enigmas», del argentino Héctor E. Ciocchini; «El cementerio marino», de Paul Valery» y «Barco sin luces», de Luis Pimentel. «Tres autores y tres direcciones: América Hispánica, el Mediterráneo y el Noroeste, una clara expresión del carácter abierto, universal y plurilingüe de esta colección», afirma Colinas. Pero por encima de todo ello, este poeta leonés que residió en Eivissa veinte años, destaca el sentido de «rescate» que ha impulsado esta iniciativa, que pretende recuperar autores y obras «marginados, en la sombra, a pesar de su probada autenticidad». Aunque «también tendrán cabida más adelante libros de autores jóvenes y obras verdaderamente originales».

Ediciones muy cuidadas, expresión de ese sentido poético presente «en la forma y en el contenido más profundo», que sin duda harán que esta colección se distinga del resto, sin que ello suponga «motivo de enfrentamiento teórico ni competencia». «Es más -continúa Colinas- nuestro objetivo es complementar la labor de las otras colecciones de poesía, unirnos a ellas en la difusión de este género». Un propósito al que se enfrenta con la certeza de saber que «aunque pocos, los lectores de poesía son muy efectivos: la poesía deja en ellos su semilla para que de ahí pueda brotar un gran árbol. Además, todos sabemos que el mundo no puede renunciar a nombres como Homero, Neruda y Machado, referencias estéticas ineludibles».