Bailarines que han pertenecido o pertenecen al Ballet Nacional de
España acusaron a su directora artística, Aída Gómez, de
«amiguismo, abuso de poder, coacciones y conculcación de derechos»,
por lo que piden su cese en un puesto «para el que no está
capacitada». Aída Gómez negó, en declaraciones a EFE, estas
acusaciones que entiende «como ataques personales, porque en lo
artístico nadie puede decir nada. En lo artístico -agregó- a esta
compañía la he levantado yo».
En una conferencia de prensa, celebrada en la sede del sindicato
CSIF, bailarines y bailarinas del Ballet, junto a otros miembros
del elenco artístico, a los que mayoritariamente no se les ha
renovado en los últimos meses su contrato con la compañía, lanzaron
serias acusaciones contra Aída Gómez, que ocupa la dirección del
Ballet Nacional desde hace tres años. Unas acusaciones que, a
instancia del comité de empresa y de la propia dirección del
Ballet, fueron investigadas el año pasado por la dirección del
Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM),
un informe que se mantiene en secretos. La dirección del INAEM puso
en manos de la Inspección de Servicios del entonces Ministerio de
Educación y Cultura las casi treinta denuncias presentadas contra
Gómez por algunos de sus subordinados, en las que se le acusaba,
sobre todo, de «nepotismo». «Del informe -dijo a EFE un portavoz
oficial del INAEM- no se deducen medidas disciplinarias».
En la conferencia de prensa muchos fueron los testimonios en
contra de la gestión de Aída Gómez. Entre ellos, el de la primera
bailarina Maribel Gallardo, con más de veinte años de antigüedad en
la compañía, que, durante una baja maternal, ha sido apartada de
dicha condición. «Ni estoy jubilada, ni retirada ni inactiva,
señaló.
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