Italia recuerda este año el centenario de la muerte de Giuseppe Verdi, al que considera su músico más representativo y cuya vida trasciende a la faceta estrictamente artística, pues su nombre está también vinculado a la unificación del país en 1860. Nacido en la pequeña localidad de Busseto en 1813, Verdi falleció el 27 de enero de 1901 en Milán, y dejó tras de sí una prolífica carrera como compositor que le hace ser en uno de los autores preferidos en los teatros de ópera de todo el mundo.

De la misma manera que en otros países, Verdi será este año el protagonista de la temporada en los teatros musicales de Italia, con la programación de sus principales óperas y con la celebración de diferentes exposiciones que recordarán su vida y su obra. La Scala de Milán, el teatro operístico más importante de Italia, ha programado este año diez obras de Verdi y otros recintos, como el San Carlo de Nápoles o el Teatro de la Opera de Roma también han incluido varios montajes con la música del célebre autor. Así, las notas de «Il trovatore», «Rigoletto», «La traviata», «Macbeth», «Falstaff», «La forza del destino» o «Don Carlo», sonarán este año más que nunca como homenaje a uno de los compositores más afamados y al que los expertos consideran el creador del melodrama italiano.

Pero no todo es armonía en el comienzo del «año Verdi», ya que las celebraciones de hoy sábado, han supuesto un enfrentamiento entre los ayuntamientos de Busseto, localidad natal del músico, y Parma, a la que estuvo muy vinculado durante su carrera. Ambas ciudades han programado un homenaje especial, la «Aida» dirigida por Franco Zefirelli en el caso de Bussetto y la «Misa de réquiem» en lo que será el inicio del Festival de Parma, con presencia del presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi.