El primer premio del Concurso Internacional de Piano de Ibiza del pasado año lo ganó la pianista armenia Sofya Melikyan; por tal motivo, según mandan las bases, fue ella la encargada de cerrar el Festival Internacional de este año con un concierto que ofreció el pasado domingo en el Centre Cultural de Sant Carles. Según la opinión de la protagonista de la velada, «la reacción de la gente me parece que fue buena; pero creo que un artista, cualquier artista, no se debe dejar llevar por la opinión de los demás. Uno mismo sabe los defectos y las cualidades mejor que nadie, y muchas veces la impresión de la sala es diferente de lo que uno vive en el escenario».

Una opinión que, a pesar de contar tan sólo 20 años de edad, parece que tiene meditada. «Lo importante es que uno sea honesto consigo mismo y extraer de cada actuación lo positivo y lo negativo. Para mí lo positivo fue que lo pasé bien y creo que hice pasar buenos momentos al público; en cuanto a lo negativo, me lo guardo para mí; es algo que tengo que pensar personalmente y aprender la lección», apuntó.

Y es que parece ser que Sofya Melikyan, además de sus indudables dotes de intérprete, reflexiona también lo suyo sobre el arte en general y la música en particular. «A mi juicio hay dos clases de artistas, los que actúan con cierta reserva de emocionalidad y entrega, con la cabeza fría y unos conceptos claros de lo que tienen que hacer sobre un escenario, y los que son muy emocionales, se entregan mucho con pasión». Desde luego, no dudó a la hora de situarse en una de las categorías. «Yo estoy más bien en la segunda; por un lado es bueno, pero por otro no tanto. Lo ideal es lograr un equilibrio entre ambos extremos, algo que sólo se consigue con la experiencia porque hay que tener un sistema nervioso muy estable, desde luego», señaló la pianista.