Paco Romero estudió Bellas Artes en Barcelona, tiene 34 años y es profesor en el instituto Quartó de Portmany de Sant Antoni.

Hasta el próximo día 29 la Sala de Cultura de «Sa Nostra» de Formentera acoge una exposición del pintor ibicenco Paco Romero titulada «Palimpsesto». La muestra la conforman 14 obras, todas ellas de gran formato, en las que ha incorporado la palabra, aunque ésta haya sido tapada paulatinamente durante el proceso de creación, como denota el título que ha dado el artista al conjunto que, precisamente, quiere aludir al proceso seguido en su minuciosa elaboración.

"Tres razones para seguir viviendo y pintando.
"Para seguir viviendo, los huevos fritos con patatas y una buena tarde de tormenta. Para seguir pintando, no sé, por ejemplo la sospecha de que todavía hay cosas en el mundo que sólo se pueden decir con el lenguaje del arte. Creo que una sociedad sana necesita tanto a los médicos como a los artistas. ¿Sabes qué me haría mucha ilusión? Que así como en los aviones o en el cine a veces alguien se levanta para pedir a gritos un médico, que alguien, algún día, se levantara y gritara con urgencia: «¿Hay algún poeta en la sala?» Un buen poema puede parar cualquier hemorragia.

"¿En qué momento creativo está? ¿Podría dar algunas pistas?
"Pues estoy que no sé si pintar o escribir, así es que escribo en los cuadros. Nada nuevo, por otra parte. Se ha hecho mil veces. El poder evocador de la palabra, del texto, es tremendo. Y la competencia entre la palabra y la forma plástica pura me interesa en este momento. Nada nuevo, ya te digo. «La palabra pintada», que practicaron los llamados pintores cultos de los sesenta. Yo creo que estoy aportando algo nuevo a lo que hicieron esa pandilla de tiernos pedantes: soy todavía capaz de escribir huevo con 'b' sin que me importe demasiado. De una persona con un bachiller tan pésimo no se puede esperar que pinte a Homero. Así es que creo que hago cosas bastante más modestas.