La cuarta entrega el pasado domingo del XIV Festival Internacional de Ibiza, en Sant Carles, constituyó un lujo para los melómanos de la isla por la categoría del invitado, Joaquín Soriano. Este es el tercer año que este prestigioso pianista viene a la isla, pero en las anteriores ocasiones fue como presidente del jurado del Concurso Internacional de Piano, lo que también hará en esta edición. El programa que interpretó el prestigioso artista incluía obras de Antonio Soler, Federico Mompou, Manuel de Falla y Frederic Chopin.

Con el aval que supone una brillante trayectoria profesional, en la que figuran distinciones tan notables como la de Caballero de las Artes y de las Letras por parte del gobierno francés (1996) y Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes del gobierno español (1998), Joaquín Soriano defiende con su autoridad el certamen de piano. «Creo que la iniciativa de hacer un concurso internacional en Eivissa me parece que es digna de todo el apoyo posible, porque hay que convencer a mucha gente para que participe, para que ayude. Estoy seguro de que una vez que la gente lo sabe está encantada, porque he visto el resultado de otros años y siempre es muy positivo», explicó.

El que en esta ocasión el número de participantes sea más alto que nunca (51 aspirantes de 17 países) es un dato elocuente para Soriano. «Es fácil predecir que el nivel de calidad será mejor, por el número de participantes; por eso creo que es absolutamente indispensable que se le preste la mayor atención, como hace Ultima Hora Ibiza y Formentera . Es un esfuerzo que da una imagen de la isla que no es quizás la más conocida en el mundo. Cuando se habla de Eivissa no se piensa en música clásica, pero estaría bien que empezara a sonar también por esto», señaló. «La isla arrastra un público y un concepto de vacaciones que puede ser compatible con el otro, porque creo que en la vida las cosas no deben ser excluyentes. La juventud debe divertirse a su manera, en libertad y de una forma que les resulta muy atractiva; pero no es para nada antagónico con que a la vez esa gente pueda tener unos días de música clásica como complemento».