La reina y el príncipe Felipe, acompañados por Francesc Antich, saludaron al tenor. Foto: T.A.

MARIANA DÍAZ-TONI LIMONGI
Los Reyes tuvieron ayer una apretada agenda cultural mientras apuran sus últimos días de vacaciones en Mallorca. Por la tarde, acudieron a la inauguración en la Llonja de Palma de la exposición «La Orden de Malta, Mallorca y el Mediterráneo». La peculiar relación entre estas dos islas se mantuvo durante setecientos siglos y mostrarla es el objetivo de esta muestra. De todos los reinos españoles, el de Mallorca fue el que mantuvo más vínculos con la institución, a la que dio tres Grandes Maestres, por ser ésta la encargada de la defensa del Mediterráneo ante los turcos y la posición estratégica de la Isla.

Tras los discursos, que tuvieron lugar en el patio del Consolat del Mar, los Reyes visitaron la exposición. Manuel Oliver, comisario de la misma, fue explicando a los Monarcas todo lo referente a las piezas: óleos, joyas, monedas, cruces de Malta, cerámica, reliquias, esculturas y cartografía.

Ya por la noche, el tenor Josep Carreras volvió a encontrarse con el público mallorquín en el Auditòrium, después de 15 años de ausencia en la isla, en un recital generoso que abarrotó la sala de conciertos del Passeig Marítim, ante una enorme expectación y con la presencia de la reina Sofía y del príncipe Felipe. El tenor catalán efectuó un repaso a algunas de las más celebradas arias del «bel canto», en un programa intenso y complejo. El cantante interpretó únicamente acompañado en el escenario por el pianista Lorenzo Bavaj.