La compañía catalana de danza contemporánea Lanónima Imperial durante la actuación que ofreció anoche en Can Ventosa. Foto: MARGA FERRER.

La coincidencia con el día grande de la moda Adlib y la celebración de la fiesta del Rocío, pudieron ser las razones por las que los tantos aficionados al baile como hay en la isla no respondieran como era de esperar al extraordinario espectáculo de danza contemporánea que Lanònima Imperial ofreció anoche en Can Ventosa.

La prestigiosa compañía catalana desplazó a Eivissa seis de sus bailarines más destacados que dieron vida a dos de sus coreografías más premiadas en certámenes internacionales, «La nit transfigurada», según la composición de Arnold Schönberg, y «Eco de silenci», basada en la tercera sinfonía de Henryk Górecki. Lanònima Imperial se formó en 1986 y el número de sus miembros varia según las piezas que interpreten: «En nuestro último montaje, 'Prometeo', éramos nueve y en una que hicimos en Berlín fuimos 25; depende del presupuesto y de las necesidades expresivas de la pieza», explicó a este periódico Juan Carlos García, responsable de la coreografía y de la dirección artística. Bebeto Cidra, Manolo Bes, Nathalie Labiano, Pilar Alpañez, Fabien Menegon e Inma Rubio fueron los bailarines que se desplazaron ayer a Eivissa.

Danza contemporánea, danza moderna o danza teatro son tres maneras de llamar al baile de vanguardia, etiquetas que en el caso de la compañía catalana no le dan importancia. «Nosotros practicamos nuestros estilo, nuestra manera de entender el cuerpo». «Lo que intentamos transmitir al público es una sensación de vitalidad, de fuerza, de sensualidad a través de una atmósfera basada a veces en un argumento y otras en un concepto abstracto».