Antoni Ferrer Abárzuza trazó ayer en la carpa ubicada en la calle Murcia las líneas de investigación que actualmente se siguen en relación a la cultura árabe en Eivissa. Foto: MARINA MART.

«Los primeros arqueólogos que estudiaron el pasado de Eivissa se centraron en el mundo púnico y despreciaron los vestigios árabes, excepto en los casos de algunas lápidas, como las halladas en Formentera, o monedas». Esta fue una de las afirmaciones que el historiador ibicenco Antoni Ferrer Abárzuza realizó ayer durante la conferencia «Eivissa va ser Yâbisa», que ofreció en la carpa de «Les aromes d'al-Andalus» como complemento de esta exposición de la Fundació «la Caixa». Ferrer Abárzuza recordó al poeta Al-Sabini, aunque remarcó que, pese a ser de la isla, no habló de ella. Destacó por contra a diversos geógrafos, como Al-Zuhri y Al-Ibrahim, quienes dejaron unos pocos testimonios de Yâbisa. «Eran geógrafos y viajeros y dejaron algunos comentarios, escasos, sobre la Eivissa de aquella época». Pero el historiador reconoció que «hay muy poco fondo documental de aquel tiempo, ya que se destruyó tras la conquista catalana del año 1235». De hecho, Ferrer Abárzuza recordó que este factor se extiende a todo al-Andalus. «Se conservan poquísimos testimonios de al-Andalus que puedan arrojar luz sobre el día a día de aquella cultura. En el siglo XVI muchos documentos que, al estar escritos en árabe y no poder ser traducidos, se destruyeron porque podían contener pasajes del Corán, y eso era herejía», explicó.

El conferenciante también realizó un breve repaso de los autores que, en la actualidad, se han preocupado del estudio de al-Andalus, y destacó el nombre del investigador Miquel Barceló, quien, junto a su equipo de la Universitat Autònoma de Barcelona, realiza prospecciones en Eivissa, centradas en el mundo árabe, desde el año 1995. «Antes de sus estudios obraban en nuestro poder datos muy escasos. Llevábamos camino de saber mucho acerca de cerámica, pero no de organización social».

La llegada de Barceló ha cambiado, según Ferrer Abárzuza, la visión de Yâbisa para los estudiosos. Actualmente, las investigaciones se centran en el mundo de la payesía de aquella época, situada cronológicamente entre el año 902 (cuando llega a Balears una expedición árabe de la Península que repobla las islas) hasta el año 1235, fecha de la reconquista. «Los payeses de Yâbisa, su estudio, nos facilita el reconstruir la base social, la que crea la riqueza que permite mantener los otros estamentos, como el funcionarial y el ejército. A partir de estas investigaciones podemos saber qué población había, qué tipo de vida mantenían y qué relaciones familiares y clánicas existían», explicó.