Francisco Díaz de Castro, durante la conferencia que pronunció ayer sobre la generación del 27 en la Sala de Cultura de «Sa Nostra». Foto: VICENÇ FENOLLOSA.

Dentro del ciclo sobre literatura universal de los siglo XIX y XX, organizado por la Sala de Cultura de «Sa Nostra» y coordinado por Vicente Valero, el catedrático de Filología española de la UIB y poeta, Francisco Díaz de Castro, ofreció ayer una conferencia sobre la generación del 27. «Tengo la impresión que es una generación de la que se habla mucho, pero se la lee muy poco, sólo a algunos poetas sueltos», apuntó el también crítico literario.

Precisamente, la vigencia de la generación poética más famosa del siglo fue el tema central de «la charla, más que conferencia», de Díaz Castro. «Lo que quiero es señalar lo qué significa esta generación leída al final de siglo; la revalorización de estos poetas desde la perspectiva de lo que hoy se lee y lo que hoy gusta. Es decir, ver como suben y bajan los valores en la bolsa lírica». «Por ejemplo, Vicente Aleixandre, que era un punto de referencia importantísimo hace 20 0 25 años, ahora mismo es un poeta que casi nadie lee, o que sólo lo leen los poetas», añadió.

Desde esa perspectiva, su disertación abundó «sobre hasta qué punto mantiene Lorca su genio, Cernuda su imagen, cuáles son los elementos que conforman la estética de la generación». Además, «para que la gente sepa de lo que estoy hablando, ilustro la charla con algunos poemas de los autores en los que más me centro».

Preguntado por este periódico, apelando a su juicio personal y crítico, sobre qué poetas de la generación del 27 resisten mejor el paso del tiempo, Díaz de Castro parece tener una opinión clara. «Creo que se mantienen muy bien casi todos. Lorca es genial, lo fue y lo seguirá siendo siempre. Cernuda tiene una tremenda vigencia en este fin de siglo. Creo que volverá a revalorizarse Aleixandre, porque es un poeta increíble. Salinas se sigue leyendo bien». «Pienso que quizás vayan quedando un poco en el olvido poetas como Dámaso Alonso y Gerardo Diego, poetas difíciles de encajar en un público amplio. Lo que le sucede también a Emilio Prados». En cualquier caso, muchos autores -cree el también poeta- «no se han quitado de encima la paternidad del 27». «Como decía Gil de Biedma: se reacciona contra los padres a favor de los abuelos; y después de los Novísimos, los jóvenes vuelven a Àngel González o a Claudio Rodríguez».