ROCÍO AYUSO - LOS ÀNGELES
Una ceremonia larga, tediosa y con pocas sorpresas dio la victoria a la película «American Beauty», con cinco Oscar, en esta 72 edición de los premios de Hollywood que también tuvo cuatro galardones para las innovaciones técnicas de «The Matrix». Además del galardón a la mejor película del año, la tragicomedia sobre una familia estadounidense que se desarrolla en «American Beauty» obtuvo premios para su director, Sam Mendes; su actor principal, Kevin Spacey; su fotografía y su guión original.

Fue una victoria anunciada. Sin embargo, para este «clímax» precipitado, en el que la mayoría de los galardones mencionados fueron entregados a la carrera, hubo que esperar al final de una ceremonia que a pesar de las promesas fue larga, lenta y con poco suspense.

«Los amigos no son sólo los que te dicen lo bueno que eres, sino los que te mantienen en foco recordándote lo que no haces bien», afirmó Spacey con el Oscar en la mano, explicando su dedicatoria a aquellos que habían señalado sus errores. La única que faltó en el escenario para celebrar la victoria de «American Beauty», una película que costó 15 millones de dólares y ya ha superado los 100 de recaudación, fue su protagonista, Annette Benning, ya que el triunfo en esta categoría se lo llevó la inexperta Hilary Swank por su trabajo como la joven de sexualidad confusa de «Boys Don't Cry».

«Hilary ha ofrecido una interpretación fantástica y no creo que sea justo ver estos premios como una competición», declaró Warren Beatty en referencia a la derrota de su esposa Benning. Él sí se llevó el trofeo a casa, galardonado con el premio Thalberg por su carrera como productor, pero también ofreció uno de los momentos más aburridos de la velada, con un discurso que más que emocionado sonó a preparado. Más afectado sonó el actor Michael Caine al conseguir el segundo Oscar como mejor secundario por «Las normas de la casa de la sidra», película que en el curso de las más de cuatro horas de duración pasó de ser una de las principales candidatas, con siete candidaturas, a una de las mayores perdedoras, al conseguir tan sólo dos estatuillas.

«Como mientras me aplaudían estaba de espaldas de camino al escenario, sólo me di cuenta de que se habían puesto en pie cuando me di la vuelta. Eso me dejó sin habla, y no es algo que me pase habitualmente», confesó luego este actor británico. El otro Oscar para esta película fue a parar a las manos de su guionista y el autor de la novela, John Irving, que aprovechó su paso por el escenario para defender el derecho al aborto.