Dos cantautores a la búsqueda de una vía para comunicar sus emociones

Javier Adán, natural de Palencia, tiene 24 años y desde hace tres reside en Eivissa, dando clases de música en un colegio de Sant Antoni. «Llevo componiendo canciones desde hace años, pero no suelo cantarlas en público porque me resulta embarazoso. Era la primera vez que me presentaba a un concurso y me alegró mucho ganar el primer premio. Estoy muy agradecido a los amigos que me acompañaron, Toniet, Pepe y Paco; sin ellos no hubiera sido lo mismo», explicó el cantautor. Antes de venir a la isla tocó la guitarra y el bajo en un grupo de su tierra («canciones para todos los públicos», digamos), pero prefiere mostrar sus «propios sentimientos». Temas suyos, que se inspiran en la vida que le rodea, sin desdeñar la crítica social, aunque no le gusta «comerse mucho el tarro con estas cosas a la hora de crear».

Situándose en la línea de la última hornada de cantautores, Adán aseguró que sus canciones son «metáforicas; tienes que escucharlas varias veces para entenderlas, porque, además, son simbólicas. Es que para mí es tan importante la letra como la música».