Los actores de la compañía cubana Hubert de Blanck, en dos momentos de la representación. Foto: GERMÃN G. LAMA.
01/11/99 0:00
L. FERRER
«Mestizaje» es una de las palabras clave de esta década que termina
y del milenio que comienza. La fusión de géneros y estilos de
diferentes culturas, más que resultar chirriante, consigue
productos tan interesantes como la producción cubana «El tío
Francisco y las Leandras», que ayer se representó en el auditorio
de Can Ventosa con éxito de público. El denominado género chico
español y el teatro popular cubano convivieron en escena durante
más de dos horas, aportando lo mejor de cada uno. Música y
cimientos españoles rescatados del baúl de la abuela con ritmos y
humor cubanos.
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