Superó todas las previsiones. El recital gratuito que protagonizó
el gaitero asturiano José Àngel Hevia el pasado jueves en el parque
Reina Sofía congregó a más de 4.000 personas. Una pantalla gigante
permitió seguir la actuación a todos aquellos que no pudieron
acercarse hasta el escenario.
Con algo de retraso sobre el horario previsto, Hevia inició su
actuación utilizando una flauta y una gaita tradicional. No fue
hasta el cuarto tema cuando descubrió ante el público el
instrumento que le ha hecho popular entre el público y que le ha
valido para recibir dardos envenenados desde los sectores más
puristas de la tradición celta: la gaita «Midi», con la que
interpretó, en primer lugar, «El garrotín», la canción que le ha
lanzado a la fama.
Hevia, quien acompañado por otros siete músicos sobre el
escenario, entre los que se encontraba su hermana María José, se
permitió bromear con el viento que hizo más soportables los rigores
del verano ibicenco a los asistentes, pero que le dificultaba
interpretar los temas: «Es la ley de Murphy de los gaiteros y
flautistas: cuando hay viento siempre es de cara al escenario»,
dijo. Por este motivo, en algunos momentos del recital el músico
tocó de espaldas al público, aunque se disculpó por ello. «Lo
importante no es verme, sino escuchar la música», comentó.
Hevia alternó la gaita tradicional con la flauta y su
revolucionario invento y ofreció temas de su primer disco, «Tierra
de nadie» y algunos que, posiblemente, figurarán en su próximo
disco. Uno de los momentos más aplaudidos -si exceptuamos la
interpretación de «El garrotín»- fue una muñeira en la que sólo
quedaron sobre el escenario los dos hermanos con una gaita y un
tambor.
Y el público no dejó de disfrutar.
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