La reconstrucción de los hechos es muy compleja porque no hay testigos presenciales ni cámaras de seguridad, pero de momento se ha confirmado que el padre, de 37 años, estaba muy emocionado este pasado martes porque, al fin, iba a tener un día de libranza y tenía previsto pasar todo el día con su hijo de tres años en la piscina de sus apartamentos. Ambos eran nacidos en La India.
Poco después de las dos de la tarde, parece ser que ambos estaban en el agua, en la parte que no cubre demasiado. El niño tenía un 'churro' que le ayudaba a flotar y los agentes creen que el padre, que estaba muy cerca, avanzó sin darse cuenta de que ya no hacía pie y de repente se deslizó a la zona donde hay más de dos metros de agua. Luego sufrió un ataque de pánico y se ahogó. Las circunstancias en las que su hijo corrió su misma suerte no están demasiado claras.
Entre cinco y siete minutos después, una vecina descubrió los cuerpos flotando y comenzó a dar gritos, pidiendo ayuda. Otro vecino los sacó de la piscina e inició las tareas de reanimación, que luego retomaron los sanitarios de ambulancias. Los dos tenían secuelas cerebrales fatales, pero recuperaron el pulso y fueron evacuados al hospital: el padre murió antes de llegar al hospital y este miércoles Son Espases ha confirmado el fallecimiento del menor. La madre del pequeño estaba en esos momentos trabajando, al parecer en el restaurante hindú.