«Todo lo que han contado y que sale publicado en la prensa es mentira. Nosotros no nos atrincheramos en ningún sitio y tampoco amenazamos con prender fuego el hospital. La única verdad es que yo estaba pariendo y entraron unos médicos con dos vigilantes de seguridad para llevarse a mi bebé. Lo tenemos grabado y estamos dispuestos a llegar hasta dónde haga falta», apunta la mujer.
La pareja solicita mantener el anonimato, pero no tiene ningún inconveniente en que grabemos la conversación y se puedan publicar fotografías de ellos de espaldas. «Nos intentaron engañar desde un principio. Nos dijeron que firmáramos unos papeles y que me entregarían a mi hija. Cuando el médico se dio cuenta de que mi marido lo estaba grabando, decidió salir de la habitación y seguir hablando desde fuera. Al final, comprobamos que lo que pretendían era que firmáramos la renuncia de nuestro bebé. Además de robarnos a la niña han dado un plazo de cinco días a mi pareja para que abandone el país. Todo está en manos de mi abogada y los vídeos saldrán a la luz pública», concluye.
Según fuentes próximas al caso, un ciudadano marroquí que iba a perder la custodia de su bebé recién nacido se atrincheró en el hospital de Son Llàtzer con la parturienta, que es su mujer, y la criatura y durante una hora tuvo en vilo a las fuerzas de seguridad, ya que amenazaba con quemarse a lo bonzo «y prender fuego a Maternidad».
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