Una vez analizada la información, los agentes descubrieron el modus operandi de los ahora detenidos. Las parejas que pretendían contraer matrimonio estaban formadas por una persona de nacionalidad española y otra de origen extranjero. En todos los casos carecían de permiso de residencia y trabajo en España.
Los agentes de la Unidad Central de Redes de Inmigración ilegal y Falsedades Documentales (UCRIF) detectaron que en todos los matrimonios siempre actuaba como mandatario verbal la misma persona y principal cabecilla de la trama. Era un hombre que se encargaba de buscar españoles para llevar a cabo los enlaces ficticios, todo ello a cambio de dinero que en ocasiones superaba los 5.000 euros.
El líder de la red también realizaba las gestiones necesarias para conseguir los correspondientes testigos en los enlaces para prestar testimonio falso en cada unión matrimonial. También se encargaba de cumplimentar y presentar toda la documentación en el referido juzgado de la Isla.
La principal motivación de concertar estos matrimonios de conveniencia, según ha informado la Policía Nacional este sábado en una nota de prensa, radica en la ausencia del permiso de residencia y de trabajo de los contrayentes extranjeros. El cabecilla se aprovecha de la desesperación de los ciudadanos por regularizar su situación en España y se enriquece con ello. Así, de esta manera, favorece la permanencia en territorio nacional de estas personas fruto de los matrimonios fraudulentos.
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