«Ha habido un repunte de forma generalizada en las ventas de test de antígenos desde que se hizo el cambio de control de la pandemia». No sólo lo dice el presidente del Col·legi Oficial de Farmacèutics de Balears (COFIB), Antoni Real, también lo corroboran las cifras. La Cooperativa de Apotecaris suministró unas 51.000 unidades de autotest a las farmacias adheridas, el 80 % del total en Balears, el pasado marzo. El día 23 de ese mes el Ministerio de Sanidad aprobaba un cambio de estrategia de vigilancia y control, al considerar que se había superado la fase aguda de la pandemia. Desde entonces la Administración pública sólo realiza diagnóstico a los mayores de 60 años y a personas vulnerables.
El grueso de la población, a quien se le atribuyen síntomas leves de la enfermedad, deja de someterse al control y a las estadísticas. Así pues, la población se empezó a autogestionar la enfermedad cuando cursa de forma leve o asintomática y en abril lo notaron las farmacias que procedieron a aprovisionarse. La distribución de la Cooperativa creció un 48 %, el mes pasado repartieron 75.500 test nasales y orales.
Pese a que las cifras de hospitalización tanto en planta como en UCI se mantienen estables en las Islas, la transmisión y la incidencia creció en las semanas posteriores a las fiestas de Pascua (de hecho en otras comunidades se habló sin reparos de una séptima ola) y las ventas de test de consumo propio «van en sintonía al incremento de contagios», reconoce Real. Si bien en abril vendieron unos 2.500 unidades al día, 800 más que la media de marzo, en el mes en curso se mantiene la tendencia al alza. «No tenemos constancia de que se haya frenado», añade. En los primeros diez días de mayo el suministro fue de cerca de 28.000 test y, de mantenerse así, confirma que las ventas siguen siendo altas.
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