Hospital Can Misses. | Daniel Espinosa

La epidemia no remite en Baleares e irá a más en las próximas dos semanas. Habrá más contagios, los casos se irán haciendo más graves y se esperan aún 15 días duros con más enfermos de coronavirus en los hospitales y en los domicilios. Es la alerta que ayer lanzó el portavoz del comité autonómico del coronavirus, Javier Arranz, en la rueda de prensa en la que presentó los últimos datos epidemiológicos.

Aseguró que estamos ante una situación «importante» porque la propagación del virus va en aumento con más casos y más pruebas PCR positivas. «La baza para luchar contra esta enfermedad es la responsabilidad ciudadana», señaló, porque los casos graves «llegarán sin duda».

Confinamiento
«No queremos tener que llegar a una situación de confinamiento», afirmó el portavoz, un escenario «que todo el mundo tiene en la cabeza». Explicó que todas las medidas de limitaciones sociales que se están adoptando van encaminadas a non tener que acabar ante esta situación.

Aclaró que los expertos no piensan por ahora en esta posibilidad –«ahora no es nuestra opción», dijo–, pero no descartó la posibilidad de que se tengan que decretar confinamientos selectivos en edificios, barrios o pueblos, en función de cómo evolucione la enfermedad durante estos días. En relación a este asunto, afirmó que debería hablarse de limitación de la movilidad más que de confinamiento.

Aseguró que ahora será preciso esperar para ver si las nuevas medidas permiten una mejoría de la situación en las próximas dos semanas antes de plantear la adopción de más restricciones. Una de las medidas sobre las que habló fue la realización de cribados masivos en las zonas o los barrios más afectados por la epidemia. Se harán en Son Gotleu, uno de los barrios más afectados, pero aún no se ha decidido la fecha ya que requiere de una gran preparación logística.

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Arranz no respondió a si estamos claramente ante la segunda ola de la enfermedad, pero sí dijo que toda epidemia es habitual que se produzcan nuevos repuntes. Lo que sí parece claro es que en este nuevo repunte del coronavirus aún no se ha llegado al pico desde el que comienzan a caer los casos. «Tenemos más casos y vamos a seguir teniéndolos», dijo.

Control a los insumisos
Arranz insistió en la importancia de que los aislados cumplan la cuarentena y reconoció que a veces resulta complicado ser más «punitivos» con los infractores. Recalcó que ahora no hay un gran número de personas que se saltan las medidas de aislamiento, «pero si vemos que comienza a ser habitual y frecuente, deberíamos empezar a tomas medidas.

Puso como ejemplo el caso de Nueva Zelanda, país en el que los hoteles habilitados para acoger a los confinados están vallados y protegidos por la policía para controlar que nadie abandona la cuarentena.

Más allá del toque de atención a la situación de la pandemia, Arranz lanzó un mensaje tranquilizador sobre el sistema sanitario: hay camas suficientes, hay UCI suficientes, hay equipos de protección y hay sanitarios, aunque en las últimas semanas se haya duplicado el número de contagios entre el personal.

Afirmó que la situación podría comenzar a considerarse grave cuando el 65% de las UCI, unas 200 camas, estén ocupadas. En estos momentos hay 23 personas hospitalizadas en UCI.