El peor dato fue el alcanzado en el año 2011, cuando 783 trabajadores de Baleares fueron despedidos debido a los 27 EREs de extinción que se presentaron. Fue uno de los peores años de la recesión y también el que se aprobó el ERE para todos los empleados de las ya extintas Ràdio y Televisió de Mallorca. En total, en 2011 se presentaron 264 expedientes de regulación de empleo, como se aprecia en el gráfico adjunto, y afectaron a poco más de 3.000 trabajadores, la cifra más alta de la década. Este dato contabiliza los EREs de extinción, suspensión y reducción de jornada.
Estabilización
El pasado año se presentaron un total de 90 EREs en las Baleares, por encima de los 81 del 2017. Sin embargo, el número de afectados fue ligeramente inferior, 580 frente a 589, una cifra prácticamente igual a la de año 2008. «Desde el año 2015 se reduce el número de trabajadores perjudicados por este procedimiento y en 2018, por fin, recuperamos los niveles previos a la crisis, lo que significa una estabilización», manifestó la directora general de Treball, Isabel Castro. También valoró que el número de trabajadores despedidos el pasado año descendiera pese a que el número de procedimientos se mantuviera.
De cara a este año y los próximos, la directora general no prevé muchos cambios. «En los últimos ejercicios ha habido un descenso importante tanto de trabajadores perjudicados como de expedientes presentados y pensamos que la situación ya está estabilizada, por lo que no auguramos una reducción mucho más acentuada», dijo. Al mismo tiempo, valoró las actuaciones de mediación que se llevan a cabo para reducir el impacto de los EREs.
En la última década, se han tramitado cerca de 2.000 EREs en las Baleares de todos los sectores productivos, si bien construcción ha sido el más afectado. Por su parte, las empresas del sector servicios y, en concreto, de hostelería, no han quedado al margen de esta dinámica. Es el caso de Orizonia, que fue uno de los EREs con más repercusión por el elevado número de trabajadores afectados, si bien buena parte de ellos logró recolocarse en otras empresas del sector turístico.
Pese a la estabilización y a la recuperación, este año se acaba de presentar otro ERE que merma la industria balear. Se trata del que ha presentado la multinacional Cemex y que afecta a 85 trabajadores de la cementera de Lloseta, de los que 17 se han acogido a una prejubilación y otros 17 serán recolocados. En este caso, si bien la compañía ha esgrimido razones económicas, muchas voces apuntan a que su decisión de dejar de producir cemento en la Isla se debe a una política estratégica empresarial.
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