Hay pocas cosas más molestas cuando estás fondeado que un oleaje excesivo, o un barco pasando cerca demasiado rápido, haciendo que tu embarcación empiece a balancearse sin poder pararlo. Para solucionar estos molestos balanceos, lo ideal es recurrir a la estabilización giroscópica.

La tecnología de estabilización marina impulsada por la física de los giroscopios    está diseñada para reducir el movimiento de la embarcación en respuesta a las olas y otras fuerzas externas. Transforma las limitaciones de los mares y las condiciones impredecibles en una experiencia cómoda y segura para quienes están a bordo y significa que el tiempo en el agua y el uso de tu barco se pueden disfrutar plenamente.

Esto resulta en un mayor confort a bordo, una menor cantidad de desgaste en la embarcación y una mayor seguridad tanto para los capitanes, pasajeros y tripulación. La tecnología detrás de esta hazaña aparentemente mágica se basa en la física, principalmente en los principios de los giroscopios, el control de movimiento y los sistemas de retroalimentación.

Mejora la estabilidad

En el corazón de la tecnología de estabilización marina se encuentra un dispositivo llamado giroscopio. Imagínalo como una rueda o disco giratorio que no desea cambiar su orientación. Esta resistencia al cambio es lo que llamamos el «efecto giroscópico». Está basado en una ley fundamental de la física, la conservación del momento angular.

Aquí está el concepto clave: cuando se obliga a un giroscopio a cambiar su orientación (como un barco que se balancea en las olas), genera una fuerza que se opone a este cambio, lo que resulta en un movimiento de precesión. Dado que los barcos son más propensos al balanceo que al cabeceo, los estabilizadores giroscópicos se instalan principalmente para contrarrestar las fuerzas de balanceo. La parte interesante es que puedes agregar más giroscopios sin necesidad de conectarlos eléctrica o mecánicamente. Generan su propia fuerza antivuelco porque todos responden al mismo movimiento del mar.

Un sistema de control de movimiento utiliza sensores y una plataforma informática para ajustar los pistones hidráulicos y sincronizar el movimiento de precesión con el balanceo del barco. Esta adaptación constante a las condiciones marinas siempre cambiantes asegura un viaje suave para los pasajeros y un viaje seguro para todos a bordo. Cuanto más rápido y preciso sea el sistema en responder, mejores serán los resultados. El resultado de todos estos esfuerzos sincronizados es una danza coordinada de fuerzas que mantiene el barco estable, sin importar lo agitado que esté el mar.

Instalación y mantenimientos sencillos

Smartgyro destaca por su enfoque de diseño modular. A diferencia de los sistemas tradicionales que a menudo pueden ser voluminosos y difíciles de instalar o adaptar, la tecnología de Smartgyro está diseñada para ser fácil de usar y adaptable, lo que reduce el tiempo de inactividad y los gastos de puesta en seco.

El enfoque modular de Smartgyro divide el estabilizador en componentes más pequeños y fáciles de manejar. Esto no solo simplifica el proceso de instalación (el estabilizador completo se puede desmontar y reconstruir bajo cubierta una vez que todos los componentes han pasado por las aberturas disponibles), sino que también permite una mayor flexibilidad para adaptar la tecnología a diferentes embarcaciones. Ya sea que estés equipando un superyate o un barco de pesca comercial, el sistema modular de Smartgyro se puede personalizar según tus necesidades específicas. Aún más importante, el diseño modular permite la apertura de la esfera que contiene la rueda de inercia para inspeccionar, extraer o reemplazar los componentes internos (motor, cojinetes, etc.) si es necesario. Cuando se cuentan con las condiciones adecuadas, estas operaciones se pueden llevar a cabo incluso a bordo, sin la necesidad de desmontar componentes pesados y voluminosos y llevarlos a tierra.

Y esa es otra característica patentada y distintiva de los estabilizadores Smartgyro.