Un 'break' en el último juego de cada set le sirvió al número 5 del mundo para retener la corona del abierto barcelonés, ante un Andújar que volvió a hacer un partido notable, como ayer ante David Ferrer, pero al que le faltó el acierto que tuvo su rival en los momentos decisivos del choque.
El guión de la final escribió dos sets prácticamente calcados. En ambos, el manchego se adelantó rompiendo el saque de su adversario y los dos acabaron del mismo modo: con un segundo 'break' de Nishikori cuando mejor estaba jugando el español.
En el primer set, a la rotura inicial de Andújar respondió el de Shimane recuperando el 'break' en blanco, pero el manchego, número 66 del ránking mundial, no se arrugó.
Como en la semifinal contra Ferrer, no se dejó dominar desde el fondo de la pista, rompiendo el ritmo a su rival con alguna dejada, atacando con su revés paralelo y subiendo a la red a la menor ocasión.
Mantuvo el pulso con Nishikori hasta el 5-4, pero entonces perdió su servicio tras jugar una bola de rotura de forma muy conservadora que el japonés no perdonó.
Sin embargo, Andújar no acusó en absoluto la pérdida de esa primera manga. Amenazaba lluvia en la pista central, pero el conquense, valenciano de adopción, no tenía intención de que el partido acabase pronto.
Se adelantó 2-0 en el marcador y salvó dos bolas de rotura en el cuarto juego que el público jaleó, pero no pudo hacer lo mismo en el octavo. Nishikori volvía a ponerse 5-4 arriba y Andújar a jugársela con su saque.
Esta vez la tensión fue mayor, porque perderlo significaba entregar el título. A Andújar se le debió pasar por la cabeza ese detalle, porque cometería una doble falta, con 30-30, que le daría bola de partido a su rival.
Nishikori, mucho más habituado a este tipo de situaciones -jugaba la decimoquinta final de su carrera mientras que Andújar se estrenaba en una última ronda de un Open 500- no perdonó.
Un resto ganador sobre el segundo saque del español daba la victoria al de Shimane y su segundo título en Barcelona, más celebrado por Nishikori que el del año pasado ante el colombiano Santiago Giraldo, quizá porque había sido más difícil que el de 2014 y además porque era el de su confirmación.
«Estoy muy contento», dijo Nishikori en español al público que abarrotaba la pista central del RCT Barcelona, antes de convocarlo, ya en inglés, para la próxima edición del Godó: «Éste es el torneo que mejor he jugado este año. Me siento muy cómodo aquí y espero veros el año que viene».
Pese a la derrota, Andújar se mostraba más que satisfecho por haber hecho final en Barcelona y lo agradeció, especialmente a sus nuevos técnicos, Albert Portas y Toni Martínez.
Tampoco se olvidó de felicitar a su rival -"por el gran partido y el gran torneo que has hecho y porque siempre estás progresando», le dijo- y de adelantar su presencia en la capital catalana el próximo año.
«Aquí siempre hacéis que me sienta como en casa. Espero repetir el año que viene y, si ya gano, será la hostia», sentenció tras recoger el trofeo de subcampeón.
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