Los baleares Sergio Llull y Rudy Fernández posan para este diario, ayer, durante la concentración de la selección.

La selección española se enfrenta (17:45 horas) a Grecia en el primer partido de la segunda fase del Campeonato de Europa, un encuentro en el que el vencedor podrá soñar y el perdedor tendrá serias pesadillas porque su futuro será más que incierto.

Grecia llega con el agua al cuello, al ser la única selección del grupo F con el casillero de victoria a cero. Eso significa que una nueva derrota, y con dos partidos por delante, tendría como consecuencia que estaría prácticamente eliminada.

El equipo español tiene una victoria y una derrota. Si gana, podría comenzar a soñar con los cuartos de final, mientras que una derrota le provocaría terribles pesadillas. España y Grecia son dos clásicos en la lucha por los primeros puestos continentales, pero la mala puesta en escena de los griegos en la primera fase les ha abocado a esta situación casi límite.

Grecia tiene un gran equipo con «jugadores de gran calidad», como no ha dudado en reconocer Juan Antonio Orenga, el seleccionador español, en el día previo a la cita.

En lo que tampoco hay duda alguna es en que Vassilis Spanoulis es el gran referente de los helenos. «Anota, asiste, puede estar dos cuartos sin anotar y luego tener una racha espectacular. Pero si pensamos sólo en Spanoulis estaríamos equivocados», dijo Orenga.

Peligros
Grecia es Spanoulis y también Yannis Bourousis, el pívot que jugará con el Real Madrid, el alero Stratos Perperoglou, compañero de Spanoulis en el Olympiacos, el ala-pívot Antonis Fotsis, el alero Kostas Papanikolaou, fichado por el Barcelona, o el también alero Georgios Printezis, otro jugador del Olympiakos campeón de la Euroliga en las últimas dos temporadas. Es decir, un señor equipo capaz de ganar a cualquiera y que llega al encuentro con la obligación de hacerlo para no defraudar a las expectativas generadas antes de iniciarse este Europeo de Eslovenia.

El equipo español es consciente de todas estas circunstancias y conoce a la perfección la valía de sus rivales y sus características técnicas, por lo que está dispuesto a ganar con las mismas armas de siempre: defensa, velocidad, trabajo y equipo.

España se mide a un gran rival en la primera gran prueba del Europeo, en la senda hacia unos cruces en los que los de Orenga seguirán siendo el rival a batir. Del resultado se podrán extrapolar muchas cosas y soñar o tener pesadillas.