El ibicenco Carlos Riera y su amigo Tomeu Riutord, en el estadio Lusail.

Carlos Riera Planells lleva nueve años viviendo en Qatar, donde ha podido disfrutar del Mundial de fútbol durante el último mes. Este ingeniero de caminos estuvo presente en 15 de los 64 encuentros, incluida la gran final entre Argentina y Francia. Un partido que pasará a la historia como uno de los mejores de la historia y en el que triunfó la argentina de Leo Messi.

Riera se fue al país asiático en julio de 2013 aceptando una oferta del gobierno qatarí para encargarse de la gestión del tráfico en la ciudad de Doha. En este puesto estuvo durante tres años para después montar una pequeña empresa con un socio y como subcontratista realizar diferentes obras. Con esta empresa estuvo involucrado directa o indirectamente con la construcción de los ocho estadios en los que se han disputado los partidos del Mundial.

Precisamente todos estos años en los que ha tenido contacto con el gobierno y grandes empresas le han permitido acceder de una manera más sencilla a las entradas para los partidos. Durante todos estos días, además, recibió varias visitas de amigos y familiares que se quedaron en su casa, aprovechando la oportunidad para ver el Mundial. Entre ellos, uno de sus mejores amigos el mallorquín Tomeu Riutord que fue el que más tiempo le acompañó.

Este ibicenco disfrutó de lo lindo de la fiesta que conlleva el Mundial porque siempre le ha gustado el fútbol, de hecho en su infancia y juventud, como guardameta, defendió la portería del Ràpid y de la Penya Blanc i Blava. Entre los 15 partidos mencionados, como no podía ser de otro modo, estuvieron los de España. «La selección estuvo muy irregular, pero como es el equipo. Es un bloque muy joven y le falta madurar y saber también madurar los partidos. Te pueden hacer un partidazo como contra Costa Rica o contra Alemania en algunos momentos, pero luego son muy irregulares. Jugaron muy mal contra Japón y contra Marruecos faltó un plan B. El toque y la posesión están muy bien, pero echo en falta verticalidad en la selección».

Al ser cuestionado por el partido con el que más disfrutó, sin contar los de España y la final, lo tiene claro: el Francia-Inglaterra de cuartos de final. «Inglaterra era la selección que más me estaba gustando, creo que era el equipo que mejor jugaba al fútbol, muy dinámicos y directos. Creo que ese partido, junto a la final, fueron los mejores del campeonato».

Eso sí, por su puesto, el gran día fue la final. «Fue una pasada, un partido épico, emocionante, intenso, de toma y daca y será recordado durante décadas. Es una final histórica, para muchos el mejor partido de la historia de los mundiales», rememoró. En cuanto a con quién iba, señaló: «No tengo predilección por ninguna de las dos selecciones, pero sí iba un poco más con Argentina por Messi. Soy del Barça y como buen culé quiero lo mejor para Messi, que haya ganado el trofeo que le faltaba y pueda decir que es el mejor de la historia».

Apertura al mundo

Más allá del fútbol, Carlos Riera que ha visto la evolución del país durante los últimos años está seguro de que este evento servirá para el desarrollo social de Qatar. «Ha venido gente de todo el mundo y creo que el país ha organizado un gran evento a pesar de toda la mala propaganda que tenía. Yo soy partidario de que el fútbol está para unir y hay que darle oportunidad a este tipo de países como se le dio a otros que tampoco cumplían todos los requisitos de los derechos humanos. Es cierto que Qatar tiene una ley muy conservadora y dice muchas cosas que en Europa nos escandalizaríamos, pero este tipo de eventos ayudan a que se abra al mundo. La población qatarí es mucho más moderna que sus leyes y mucho más amable y hospitalaria de lo que se dice. Estoy convencido de que este tipo de eventos harán que en un futuro haya más democracia, más derechos para las mujeres y más libertad de expresión. También quieren celebrar unos Juegos Olímpicos y, lo dicho, eventos como este harán que mejore todo».