Óscar Pereiro en el podio tras una etapa del Tour en 2006. | Stefano Rellandini

Óscar Pereiro Sío (Mos, Pontevedra, 3-8-1977) es un habitual de las pruebas ciclistas ibicencas. En los últimos años ha participado tanto en la prueba de mountain bike como en la cicloturista, de la que es embajador. Pereiro tocó el cielo en el Tour de Francia de 2006, su mayor triunfo como ciclista profesional y estará este año en la Vuelta Cicloturista a Ibiza Campagnolo con el resto de los españoles ganadores del Tour. La suya es la tercera entrevista del serial que está haciendo Periódico de Ibiza y Formentera.

Embajador de la Vuelta Cicloturista a Ibiza Campagnolo. No sé quién está más enamorado si usted de la marcha o la marcha de usted.

—Bueno, puede que sea un tema mutuo. Yo no sé si es que Óscar Pereiro está enamorado de la Vuelta a Ibiza o que la Vuelta lo esté. Lo que sí sé es que desde el primer día que fui a la Vuelta Cicloturista tuve un flechazo con la gente de allí. Esa es la cruda y pura realidad. Un flechazo con toda la gente de la organización, con el evento en sí, con la manera en la que llevan al participante y la prueba. Para mí, que estuve tantos años de profesional, creo que es la forma de llevar una prueba cicloturista, que la puedes hacer con la familia, con los amigos, con gente que está mejor físicamente, con gente que está peor… Fueron tantas y tantas cosas las que me aportaron, que hicieron que no me quiera perder ninguna edición y que tenga un lazo muy estrecho con mucha gente de Sant Antoni.

En el Quartó de Portmany hay un banco donado por la organización de la Cicloturista que lleva su nombre. No deja de ser anecdótico, pero sí es un detalle de ese cariño mutuo.

—Sí, me mandaron fotos Juanjo (Planells) y María. La verdad que no dejan de sorprenderme. En la vida hay veces que te juntas con personas con las que tienes ese flechazo a primera vista, que ves que son de tu mismo palo, de tu forma de pensar, gente humilde. La verdad que es un tema mutuo. Yo muchas veces digo que encontré mi segunda familia en Ibiza. No es una relación que tenemos de cuando yo voy al evento, es que prácticamente hablamos todas las semanas. Son muy buena gente que meto dentro de mi círculo de amigos, de los amigos de verdad.

Me han comentado que si este año se va a hacer historia en la Cicloturista con la presencia de todos los ganadores españoles del Tour de Francia es gracias a usted y Alberto Contador.

—Bueno, nosotros simplemente les ayudamos. Yo, y estoy convencido de que Alberto piensa exactamente igual, tengo claro que los méritos son para la gente que trabaja en el día a día, el equipo de Juanjo. Es verdad que en la presentación de Fitur de los eventos deportivos de Ibiza hubo un comentario alabando que cómo es posible que tanto la Cicloturista y la BTT reúnan esa cantidad de estrellas. Y yo hago el comentario de sólo os falta juntar a los seis ganadores españoles del Tour que estamos vivos. Pues se quedaron con la copla y simplemente nos pidieron ayuda para unir a los seis y meterlos en la misma edición. El nuestro es el trabajo menos duro, el trabajo fácil. Nos hace mucha ilusión a todos que una organización, un evento y una isla como Ibiza sea la primera en la historia en intentar juntarnos a los seis.

Contador, Sastre y usted sí compartieron pelotón. ¿Qué recuerda de aquellos años? ¿Tenían buen rollo?

—Sí. Con Alberto siempre tuve muy buen rollo. Alberto gana su primer Tour al año siguiente de ganarlo yo y él era muy jovencito todavía. Empieza en ese Tour con miedos, miedos dentro de la categoría que ya tenía Alberto, y siempre tuve buena relación. Con Carlos también tuve siempre buen rollo. Es verdad que en ese 2006 pues no dejábamos de estar compitiendo los dos por el triunfo. Carlos acaba tercero por la descalificación de Landis, pero hubo un momento que entre los dos había tensión porque estábamos compitiendo por ganar el Tour de Francia. Pero fuera de lo que es la rivalidad de carrera, siempre tuve muy buena relación. Es un corredor con el que hablaba mucho en carrera cuando la cosa no iba rápida. Son gente con los que siempre tuve muy buen rollo y con Alberto acabé siendo compañero de equipo. Uno valora mucho más cuando los conoces lo que llegan a conseguir como deportistas.

Esa era una de las cosas que le quería preguntar. Con aquella escapada que le hizo líder del Tour, dejó a Sastre fuera del podio. Eso sí, la posterior sanción a Landis por dopaje hace que ahora él figure como tercero.

—Sí, pero eso viene más adelante de la escapada. La escapada es un día en el que es verdad que me meto en carrera. Carlos me contó más adelante que en esa escapada, conmigo venía Jens Voigt, que era compañero de equipo de Sastre y Carlos le decía al coche: «Tenemos a Pereiro eliminado con media hora de retraso, no le dejemos que se vuelva a meter en carrera». Ese día me pongo líder con un minuto de ventaja y me vuelvo a meter en carrera. Y a partir de ahí empieza una batalla. El día de La Toussuire, Carlos hace un ataque muy grande y tengo que ir yo a por él en primera persona. El día de Morzine pido su ayuda, pero cada uno mira para sus intereses. Probablemente si hubiésemos sido de diferentes países o hubiéramos tenido una alianza, Carlos o yo hubiésemos ganado el Tour en la carretera ese año.

EIVISSA. CICLISMO Vuelta Cicloturista a Ibiza Campagnolo 2019.
El ciclista durante una de sus participaciones en la isla.

La trampa de Landis también le privó a usted de un momento mágico: entrar en París de amarillo.

—Sí, eso es así y no lo vamos a cambiar. Y cómo no lo vamos a cambiar, yo siempre dije desde el primer momento que a mí me había tocado vivir ese Tour de Francia de una forma diferente al resto y que por muchas vueltas que le de a la cabeza, no va a cambiar. Sobre todo, durante esos 13 meses que tardaron en que me nombraran ganador del Tour, el despiste que te llega a crear porque estás en activo y necesitas entrenar, tener la cabeza despejada… La prensa, evidentemente, cada noticia que salía querían saber las declaraciones de cada uno. Me generó bastante distracción a nivel competitivo a la hora de focalizar y entrenar. Pero a nivel mío de coco, de verdad que soy una persona que asimila rápido y que no le da vueltas a lo que ya no puedo cambiar. Es verdad que de aquel Tour me falta no sólo la foto de subirme al podio en los Campos Elíseos de amarillo, a mí me falta entrar en París de amarillo con mi equipo y disfrutar de todo lo que se tiene que disfrutar ese día con ellos, pero sé que no se puede cambiar. Intento pensar que si no gano el Tour de la manera que lo gané pues no hubiese tenido tanta difusión o no sería tan mediático. No lo sé. Intento sacar parte positiva y asimilar que no se pueden cambiar ciertas cosas. Pero sí, la trampa de Landis me privó de vivir un día muy especial en París vestido de amarillo.

Seguro que ha habido varios, pero ¿quién diría que fue el rival más duro al que se enfrentó y cuál el mejor compañero de equipo?

—El más duro fue sin duda Armstrong. Aquí sé que podemos entrar a valorar si se dopó o no se dopó, etc, etc, etc, pero un corredor como ese, la fortaleza que tenía a todos los niveles, lo que era él como corredor, lo que aportaba… Es una barbaridad. Y el mejor compañero de equipo… Pues no tengo uno en concreto. No me quiero mojar con uno en concreto porque estaría siendo cruel e injusto. Tengo muchos. Tengo muy buena relación desde siempre con Chente, Zandio, el grupo que hicimos en ese Tour de Francia es muy bonito. Con Purito, Alberto… He tenido muy buenos compañeros y no me puedo quedar con uno u otro porque sería injusto. Soy una persona que se moja, pero me mojo cuando toca. No le veo sentido a elegir un compañero cuando hay tantos.

Ahora llega un nuevo Tour, de hecho el día que salga publicada esta entrevista se habrá corrido la primera etapa. ¿Tiene favorito?

—Todo el mundo está pensando en Pogacar, que va a arrasar. Yo, sinceramente, si tengo que hacer una apuesta yo apostaría por Vingegaard. Creo que es un corredor que mide muy bien los esfuerzos y si está en la salida del Tour es porque se siente con garantías de ganar. Después de la caída del País Vasco y, a día de hoy, que tenemos todos las fórmulas y todo medido para saber si estás rindiendo a vatios y tal. Creo que si sale en carrera es porque tiene garantías de ganar y creo que Vingegaard le tiene la moral comida a Pogacar en el Tour. Es verdad, que la prueba de fuego para el danés está en la primera semana porque lo normal es que llegue corto de preparación. Entre ellos y los demás hay un escalón muy grande. El siguiente probablemente es Roglic y después hay un abanico de gente en el que podemos meter a Carlos Rodríguez y Ayuso que están para disputar el podio.

Creo que estamos viviendo una época dorada del ciclismo. Hay mucha gente con ganas de dar espectáculo y exhibirse. ¿Cómo lo ve?

—Sí. Yo veo que ha cambiado la mentalidad del ciclista y ha cambiado el ciclismo. Es un deporte mucho más profesionalizado en el que todo está medido al milímetro. Todos saben hasta la última gota de energía que pueden dar. Y, después, es que se está corriendo como se corría en cadetes o juveniles, de tú a tú y disputando casi toda la etapa. Como aficionado esto es insuperable. Lo que estamos viendo los últimos cuatro o cinco años es insuperable. Es cierto, que este año ves el Giro y hay gente que dice, yo ya no lo veo porque es tan insultante la victoria de Pogacar. Y yo digo, pues sí, es verdad, pero a mí me encantaría que Pogacar fuese español y estaríamos todos ahí. Cuando lo hacía Indurain todos estábamos orgullosos de tener un extraterrestre. Y cuando lo hacía Alberto, pues orgullosos de tener al pistolero.    Es una época muy buena y lo único que nos falta es que dentro de esa galaxia de cuatro o cinco estrellas ninguno es español. Esa es la realidad.

¿Cómo ve el futuro del ciclismo español? Carlos Rodríguez y Juan Ayuso ya son más dos realidades que dos proyectos.

—Si me haces esa pregunta hace un par de años te diría que no, pero ahora creo que sí, que pueden tener un Tour en sus piernas. Es verdad que desde que se retira Alberto, Valverde y toda esa generación, estuvimos buscando rápido un sustituto. Lo vimos en Mikel Landa, lo vimos en Enric Mas, en Marc Soler… Enric es un grandísimo corredor, pero no ha llegado a la expectativa que nos habíamos creado y le puede pasar lo que le pasó a Olano, cuando queríamos que fuese el sustituto de Indurain. Olano un corredor con un palmarés de los mejores de la historia del ciclismo español y parece que fracasó porque no ganó el Tour y no fue Indurain. Enric tiene un palmarés brutal, pero como no consiguió lo que hizo Albeto… En Landa hemos visto un ciclista con una manera de correr tipo Chava Jiménez, pero nos falta que gane carreras. Pero yo ahora, de verdad te digo, que estos dos chicos (Carlos Rodríguez y Ayuso), por la progresión que llevan, son corredores que pueden tener un Tour en las piernas. No sé cuánto van a tardar, pero sí que les veo peleando. Carlos ya fue quinto. El problema es que les ha tocado vivir en una generación muy buena como le pasó a Chiapucci con Miguel.