El primer set empezó muy igualado, con los dos equipos intercambiando golpes. La primera ventaja fue para el bando local, cuando pasaron del 9-9 al 13-9. La brecha se hizo imposible para los ibicencos que aunque pelearon hasta el final no pudieron volver a nivelar esta primera manga. El 25-19 ponía en ventaja al cuadro organizador.
El segundo set fue muy parecido al anterior y del 9-9 se pasó al 12-9. La ventaja no era muy amplia, pero el conjunto gallego se mostró muy fiable para ir incrementando esta. El 18-12 obligó a Martín Bermejo a pedir un tiempo muerto para buscar la reacción, pero esta no llegó. 25-21 y un panorama muy negro para los intereses pitiusos.
No había margen de maniobra. No quedaba otra que ganar el tercer set, luego el cuarto y acabar la machada con el quinto. Lo cierto es que el conjunto celeste salió con otro aire. Con energías renovadas. Tras unos primeros puntos má parejos, la UD Ibiza Volley fue un vendaval. Barrió a los gallegos para poner el 2-1 en el marcador con el 19-25, de hecho llegó a ir ganando de hasta 10 puntos.
Este set podía hacer temblar a los locales, pues parecía que había otro equipo. En el cuarto el paisaje siguió siendo el mismo. Estaba muy bien el cuadro de Martín Bermejo y ponía las tablas (15-25) para creer en todo. La reacción celeste llevó el partido al tie-break. Tocaba rematarlo.
Era el momento del todo o nada y fue nada. Los gallegos lograron la iniciativa desde el primer punto. Siempre ganando de dos o tres puntos, incluso hubo una máxima de cinco (11-6), el San Sadurniño cerró el partido con el 15-13 en el marcador. No pudo ser. La aventura de la UD Ibiza Volley termina aquí. El ascenso no será este año. Este sábado le tocará jugar el partido que nadie quiere jugar el del tercero contra el tercero, los dos equipos que ya no tienen ninguna opción.
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