Javier Baraja, que recibió pitos por parte de un sector de aficionados tras recitarse su nombre por megafonía antes de arrancar el choque, decidió dotar de mayor poder ofensivo a los suyos. Ubicó a Iván Morante en el pivote en lugar de Álvaro García y adelantó así a Ekain a la línea ofensiva de su 4-1-4-1. No fue el único cambio del técnico celeste, que también modificó la parte derecha de la retaguardia. Martín Pascual y Fran Grima relevaron en el once a Goldar y Zé Carlos.
Por su parte, Luis Miguel Ramis, míster de los chicharreros, mantuvo el mismo once que se había impuesto al Racing la jornada anterior con el único cambio obligado de Alexandre por el lesionado Sergio González.
La primera parte no pasará precisamente a los anales de la historia del fútbol. Los acercamientos de peligro llegaron a cuentagotas en un duelo de mucha batalla física y pocas ideas ofensivas. Lo único reseñable del primer cuarto de hora fue la lesión de Mo Dauda, que tuvo que dejar su sitio a Appiah tras sufrir un encontronazo con Fran Grima, titular por primera vez este curso.
Los minutos pasaron con más pena que gloria. Tanto costaba hilvanar jugadas que Herrera, en el minuto 18, probó fortuna con un disparo lejano que se marchó excesivamente alto. Por parte visitante, Waldo protagonizó la acción de mayor peligro pasada la media hora de juego en una jugada individual en la que se introdujo en el área y, tras driblar a Fran Grima, chutó por encima del larguero.
Despertaron tímidamente de su letargo a partir de entonces los tinerfeños, que estaban siendo ligeramente inferiores sobre el terreno de juego. Aitor Sanz también probó fortuna desde lejos, pero Juan Ibiza interceptó el disparo con su cuerpo en el 35.
En los últimos instantes, Borja Garcés rozó el 0-1 en un lanzamiento desde la frontal del área que se marchó lamiendo la cruceta y, poco después, Enric Gallego también trató de desnivelar la balanza con otro tiro desde la frontal. Eso sí, más clara fue la de Darío en el descuento tras una asistencia de Ekain que no supo aprovechar, llegándose así al descanso con 0-0 en el luminoso.
El conjunto ibicenco salió con otra cara en el segundo periodo. Se hizo dueño y señor del partido, dejándose ver por el área prácticamente más que en toda la primera mitad. Appin apenas tardó un minuto en armar la pierna y rozar el palo con su disparo. Eso sí, los blanquiazules replicaron de inmediato con un remate de Carlos Ruiz que salvó un providencial Fuzato.
Esto último no fue más que un espejismo. Los pitiusos mejoraron sus prestaciones notablemente, más aún con la entrada de Escobar y Castel por Javi Vázquez y Darío Poveda, y empezaron a encerrar a su rival. Ekain tuvo el primero en el 54, pero no empaló bien la pelota. El que sí acertó a meter el esférico en la portería, aunque él no quería, fue Mellot, que marcó en propia puerta en el 64. Herrera centró desde la derecha y Juan Ibiza no cabeceó todo lo bien que quería, pero la bola rebotó en el zaguero francés y se alojó en el fondo de las mallas. Los aficionados estallaron de júbilo en un Palladium Can Misses que, eso sí, presentó su entrada más pobre desde el ascenso a Segunda.
El Tenerife desapareció del campo casi por completo. Aunque atrás se mantenía bien, lo cierto es que no se asomaba lo más mínimo por las inmediaciones de Fuzato. Los locales continuaron insistiendo sobre la portería de Juan Soriano con un zapatazo lejano de Appin que repelió el guardameta.
A falta de un cuarto de hora llegó la ovación de la tarde. Nolito hizo su debut con la elástica celeste y fue recibido con mucho cariño por la grada local. Al mismo tiempo también se estrenaba con la camiseta de la Udé el británico Azeez. El andaluz no tardó en ofrecer pinceladas de calidad. El primer balón que tocó fue un taconazo para que Herrera pudiera meter el balón en el área. Ni un minuto en el campo y la afición ya gozaba con él.
Poco más hubo ya destacable hasta el pitido final. Teto protagonizó un disparo cruzado que se marchó fuera, en el 87, y Nolito buscó un pase de la muerte a Azeez, en el 90, que fue repelido por un defensor.
El árbitro decidió dar nueve minutos de prolongación, lo que provocó ciertos silbidos en la grada. Sin embargo, no sucedió nada destacable en el descuento, consiguiendo así la UD Ibiza su primera victoria del curso. Comienza el despegue.
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