Varios jugadores del Barça, entre ellos Puig, Fati, Abel Ruiz, Umtiti y Arthur, poco antes de subirse al autobús tras aterrizar en Ibiza. | Daniel Espinosa

La bromita realizada por el programa Esport Club, de TV3, con el uso del logo de Pacha en lugar del escudo de la UD Ibiza durante una de sus emisiones trajo cola... y la sigue trayendo. Después de los múltiples reproches que salieron a la luz, entre ellos el del presidente Amadeo Salvo, un aficionado quiso ayer hacer la gracia en el aterrizaje del Barça. Se presentó en el aeropuerto con un paraguas de dicha discoteca y despertó las risas de las casi 70 personas que se desplazaron a es Codolar. Que no falte la guasa.

Desde poco antes de las 11.00 horas ya había gente rondando por el aeropuerto para ver in situ la llegada de la expedición azulgrana. Eso sí, eran pocos los individuos presentes. Igual, por ser el FC Barcelona, se esperaba una presencia mayor, pero lo cierto es que la isla omitió el aeropuerto y se centró más en el hotel Los Molinos, cuando tocaba concentración, y las inmediaciones del estadio, cuando se acercaba la llegada del autobús y se iniciaba el calentamiento.

Con todo, los aficionados fueron llegando poco a poco, como hormiguitas, desde la terminal. Y es que la mayoría pensaba que los futbolistas saldrían por ahí como ya hicieron en su día las expediciones del Sevilla, el Athletic Club y el Deportivo Alavés cuando visitaron las Pitiusas con motivo de los partidos coperos contra el Formentera.

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No fue así. Y es que el protocolo de seguridad con el Barça siempre es otra historia. Los futbolistas salieron por un espacio habilitado para la empresa de transportes contratada, situado al lado del acceso de trabajadores C, pegando a la torre de control.

Los jugadores caminaron tranquilamente hacia el autobús, lejos de los aficionados, que, con todo, sacaron sus móviles para grabar lo que podían. En la expedición marchaba un histórico peñista con una camiseta del Barça que decía: «Es padrí cent anys».

Cuando el vehículo de transporte pasó junto a ellos comenzaron los gritos de ánimo y los aplausos a modo de despedida. Los azulgrana fueron así bien recibidos por estas casi 70 personas que, eso sí, no dudaron en cantar el «alé, alé, Ibiza, alé, alé» tras su marcha. Y es que la isla es celeste.