El albaceteño dirigió durante la primera vuelta del pasado curso al Atlético Mancha Real en Segunda B, categoría a la que él mismo lo ascendió. Una mala racha de resultados le acabó costando el cargo. Anteriormente había pasado por el Lucena cordobés, en Segunda B, y el Martos, el Villarrobledo y el Hellín, en Tercera.
El nuevo preparador rojinegro acudió ayer por la mañana a las instalaciones del Estadio Manuel Polinario, en Puente Genil, para despedirse del club. Sobre su salida, indicó: «Después de apenas seis meses en el Salerm Cosmetic Puente Genil, es difícil explicar mis sensaciones por todo lo vivido y trabajado. Me despido de una afición incondicional, de una directiva ejemplar, de un cuerpo técnico especial y, sobre todo, de una plantilla que ha sabido sacar lo mejor de sí. Falta poco para el objetivo. Gracias al club por entender y facilitar mi salida, que no es por otro motivo que progresar en esta profesión tan difícil».
Xicu Ferrer, presidente del Formentera, señaló que el club tiene «grandes referencias» del nuevo míster. «Sabemos que es un entrenador al que le gusta tratar bien la pelota y nos ofrecerá un juego vistoso y atractivo. Confiamos en su trabajo y estamos seguros que conseguiremos el objetivo marcado desde principios de temporada, que es la permanencia en la categoría».
Sobre su escasa experiencia en Segunda División B, el directivo indicó: «La experiencia es muy relativa. Recordemos que Tito la tenía como entrenador, pero no había estado nunca en la categoría de bronce y lo ha hecho muy bien en la primera vuelta».
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