UD IBIZA: 1
Por norma general, el pez grande se come al chico. Y eso es lo que pasó ayer en el derbi ibicenco de Tercera División. La Unión Deportiva Ibiza hizo que la lógica imperara al doblegar al San Rafael. Eso sí, le costó lo suyo. De hecho, un solitario gol de Cirio en la segunda parte fue lo que decantó la balanza en favor de los de Vila.
El equipo que ayer dirigió por última vez Manel Benavente y que, desde hoy, estará a las órdenes de Antonio Amor anduvo perdido sobre el césped durante el primer cuarto de hora. De hecho, estuvo incluso a punto de encajar un gol a los cinco minutos en una acción que supuso la lesión de Iván Morales. El mediocentro rafeler, al borde del área pequeña, estiró la pierna para meter la puntera en una segunda jugada. El balón no tomó velocidad y se fue a las manos de Manolo. Y él, al banquillo por problemas físicos. Roberto entró en su lugar, obligando a Vicente Román, que vio el partido desde la cabina de prensa al estar sancionado, a reubicar sus piezas.
La réplica del conjunto visitante se produjo en el ecuador de este primer tiempo. Cirio, a trompicones, se acabó plantando solo ante el portero, pero su disparo fue directo al muñeco cuando lo más fácil parecía marcar. El balance ofensivo del Ibiza se redujo a eso en este periodo, en cuya recta final estuvo Enric cerca de rematar a la red un centro de Moreno en una acción a balón parado.
A la vuelta de vestuarios, y con el cuadro de Vila como dueño y señor del balón ante un San Rafi que se difuminó como una aspirina en un vaso de agua, el Ibiza gozó pronto de dos ocasiones para marcar. Terán, en una falta que se marchó fuera por poco, y Cruz, con un disparo cruzado, avisaron de las intenciones de los de Benavente. Dicen que a la tercera va la vencida y el dicho se cumplió. Un pase en profundidad de Gámiz acabó con un disparo potente de Cirio al fondo de la red. La combinación entre dos de los, sin duda, mejores jugadores de este equipo marcó la diferencia.
Terán, con un disparo lejano, estuvo a punto de aumentar la renta justo antes de ser sustituido por Cascón. En la recta final, el San Rafael buscó el empate con más corazón que cabeza. De hecho, Manolo nunca tuvo que intervenir. Gady, con un tiro fuera cruzado, fue el único que llevó el uy a la grada en un derbi en el que el pez grande se comió al chico.
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