Anna Wardley se encuentra de visita en Eivissa para continuar su preparación de cara al desafío Balearic Swim Challenge, un reto en el que la inglesa pretende unir a nado Menorca, Mallorca, Eivisa y Dénia en tres etapas el próximo año. La aventura es tan complicada que la propia nadadora reconoció que no sabe si podrá completar la misión: «No sé si lo conseguiré, pero soy la primera en intentar algo que nadie hizo. Hay muchas cosas que no podemos controlar como el tiempo y el mar». Si lo logra, dejará registrado un récord que será «supervisado por varios observadores», según Rosa Estivil, miembro de la organización.

La cita comprende un total de 215 kilómetros en tres etapas: Menorca-Mallorca (37 kilómetros), Mallorca-Eivissa (88) y Eivissa-Dénia (90). Las fechas aún no están cerradas, pero la primera de ellas se celebrará entre abril y mayo; la segunda, entre mayo y junio; y la tercera, entre junio y julio.

El objetivo es «recoger fondos para tres organizaciones sin ánimo de lucro, que trabajan con el mar, proyectos de vela y jóvenes desfavorecidos. También lo hacemos para el programa de rescate de animales marinos, con base en Palma pero opera en todas las Illes Balears», dijo ayer Wardley.

La británica ya ha realizado diversos desafíos como cruzar el Canal de la Mancha o las Cinco Islas, en el que nadó 100 kilómetros sin parar alrededor de la Isla de Wight. Sin embargo, reconoció que el Balearic Swim Challengue es el reto más grande que aborda: «Es la más difícil y larga. Antes había nadado un poquito más que las 50 millas náutica que hay entre Eivissa y la Península, pero con la corriente a favor. Entre las islas no voy a tener esa ayuda de la corriente y voy a nadar 40 horas sin parar».

La preparación que está llevando a cabo habla por sí sola de la dificultad que entraña el reto. «Nado seis días por semana con un entrenamiento de resistencia. Nado mucho durante el día y también por la noche para practicar cómo estar en el agua sin luz. Cada día hago entre tres y 12 horas de natación. También voy al gimnasio para hacer entrenamientos y me preparo mentalmente, porque no es sólo algo físico», explicó Anna.

Si la misión no fuera ya de por sí lo suficientemente difícil, el desafío se complica más al usarse las reglas del Canal de la Mancha. «Cuando nadas con esas reglas, nadas con un traje de baño y no puedes usar neopreno. También llevaré un gorro y unas gafas. No podré tocar nada ni a nadie. Cada 30 minutos pararé para comer y coger energía, y la comida me la dan con una red», señaló Wardley, una mujer decidida a hacer historia.