—Es el actual campeón del Tour España, en la máxima categoría, y eso le ha brindado un billete en verano para el BCA de Las Vegas, conocido popularmente como el Mundial ‘amateur'. ¿Qué objetivo tiene?
—Pues espero poder estar arriba de una vez, porque las dos veces anteriores que acudí no me encontré cómodo y lo pagué. Dicen que a la tercera va la vencida. A ver si es verdad. Además, es probable que también participe en el US Open. Es una gran oportunidad para medirme a los más grandes del planeta, un reto muy bonito.
—¿Qué le parece la isla?
—Es maravillosa. Eso lo sabe todo el mundo. Vine por primera vez el año pasado para jugar el Open Internacional Isla de Ibiza de Bola-9 y me encantó hasta tal punto que me puse a buscar trabajo aquí, pero no hubo suerte. Tenía el billete de vuelta ya sacado y en el poco tiempo que tuve para buscar no encontré nada.
—Supongo que también le debió de gustar el torneo, ya que ha repetido participación ahora.
—Por supuesto. Estoy acostumbrado a competir en muchos lugares de España y puedo asegurar que la organización del Club Billar Eivissa Ilusions Pool supera a casi todas. Y no lo digo por quedar bien, sino porque es así. Es una combinación perfecta de trato profesional y familiar. Te valoran como jugador y persona. Eso, quieras o no, nos marca. Se prestan siempre a ayudarte en todo, ya sea a recogerte en el aeropuerto, llevarte al hotel, presentarte gente, acompañarte a comer... Nos hacen sentir grandes cuando, en realidad, lo son ellos. Entre que la isla es maravillosa y la organización de diez, creo que jugar en Eivissa es como hacerlo en el paraíso.
—Al haber ganado el abierto ibicenco se irá más contento que el año pasado.
—A todos nos gusta ganar, pero de aquí es imposible irse descontento. De todas formas, reconozco que me voy muy feliz porque necesitaba el premio. Tengo que ir a Estados Unidos y, aunque tenga el billete y el alojamiento pagado, siempre hay una serie de gastos aparte, por lo que necesito recaudar fondos. Cuando el niño –en referencia al billarista local Jonás Souto, actual bicampeón de España júnior– me puso contra las cuerdas en cuartos de final, empecé a preocuparme. Me ha hecho sufrir como nadie.
—¿Qué le parece la progresión de Jonás, la perla ibicenca?
—Está hecho un bicho. De un año a otro ha mejorado mucho, pero no debe dormirse. Tiene que pulirse, algo normal a su edad. Seguro que en el Centro de Alto Rendimiento de Murcia seguirá creciendo. El año pasado, como vine a jugar aquí y le vi en directo, la federación me consultó si le veía preparado para ir al Europeo ‘pupil' y dije que sí. Este año también va y lo hará mejor. Debe seguir firme y, así, nos traerá una medalla continental un año de estos.
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