Toni Roig, durante el acto que su club realizó anteayer en El Hotel Pacha.

Toni Roig es presidente y entrenador del Club Atletisme Pitiús, una entidad que puede presumir de contar con 40 atletas federados, otros 106 adscritos al U-Run y 94 en la escuela. Se trata de una persona muy respetada en el deporte insular y un defensor nato del atletismo, que necesita, a su juicio, unas instalaciones mejores para seguir progresando en la isla.

—Este acto demuestra la unión del club.

—Lo realizamos anualmente desde hace diez años. Invitamos a los patrocinadores porque, con la crisis y todos los gastos que tenemos, seguimos adelante, en buena parte, gracias a ellos y a las instituciones. Nos permiten mantener el club y sacar nuestros propios atletas sin tener que cederlos a otros de la península. Nos ayudan a seguir creciendo y ésta es una manera de agradecerles el esfuerzo que hacen con nosotros, más aún en este año que celebramos nuestro aniversario número 40.

—¿Hay algo especial planificado para el cuadragésimo aniversario, en octubre?

—Habrá una gran fiesta. Una comisión estamos trabajando para ver qué actividades vamos a llevar a cabo. Se hará una gran cena, un acto institucional. No hay nada decidido, pero habrá una gran celebración con total seguridad.

—¿Qué destacaría de la temporada presente?

—Estoy contento con los dos oros de Carlos Tur en el Campeonato de España, las medallas de David Gómez y Roberto López a nivel nacional, y la europea de este último en veteranos. Estamos en un momento en el que los jóvenes están creciendo, con atletas como Alexia Hartmann o Salva Crespo, que está en la élite nacional. Estamos consolidando el renacimiento del club tras unos años complicados, básicamente, por el tema económico.

—¿Qué mejoraría?

—La competitividad de nuestros jóvenes. Para eso hace falta dinero, con el fin de llevarlos de un sitio a otro.

—¿Qué ha cambiado para que se levante el club tras su crisis?

—Hemos hecho una gran labor de promoción, amparada por el Ayuntamiento de Eivissa y el Consell Insular. Eso nos ha permitido una gran captación de jóvenes. La masa social ha crecido y eso hace que el club sea más fuerte y consistente.

—¿Cuál es el secreto del éxito de esta entidad?

—Proveernos de nuestros propios atletas y tener entrenadores formados dentro del club. El club, más que eso, es una especie de familia, donde la gente siente el trabajo que hace y siente el colectivo como propio.

—¿Cuál fue el peor y el mejor momento del Club Atletisme Pitiús en sus 40 años de historia?

—El peor fue hace tres o cuatro años, mientras que el mejor fue en la etapa de 2000 a 2005, cuando teníamos a Felipe Vivancos, López Serra, Natalia Vílchez, Mar Sánchez, Mario Avellaneda... Es complicado repetir eso, porque deberíamos tener ya unas instalaciones acordes con el nivel que tuvimos en su momento. Incluso tuvimos una oferta de un núcleo nacional de entrenamiento en Eivissa.

—¿En qué consistía esa oferta?

—Fue hace unos ocho años. Se trataba de hacer un centro de entrenamiento avalado por la Escuela Balear de Atletismo, la EBE y el Consejo Superior de Deportes. Íbamos a tener así un centro de tecnificación de atletismo, pero lo que pasó es que no se hizo el módulo. Espero que se haga, antes o después.

—¿Las instalaciones de Can Misses se quedan cortas?

—Sí, porque necesitan un módulo de entrenamiento cubierto para el invierno ya. Las pruebas técnicas requieren un trabajo muy específico que, en la isla, no se puede hacer en invierno porque el clima y el viento te obliga a dejar de entrenar muchas veces.