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El Ushuaïa Ibiza Voley se ha metido en problemas. El equipo ibicenco regresa de Almería con un balance de dos derrotas en otros tantos partidos en las semifinales del ‘play off' por el título de Superliga. De esta manera, está al borde del KO. Un revés más le supondría el adiós a la final, por lo que está obligado a ganar dos encuentros consecutivos en el pabellón de Es Viver, este fin de semana, y un quinto encuentro –si fuera necesario–, de nuevo en Almería.
El conjunto ibicenco plantó mucha más batalla que anteayer, aunque no se viera reflejado en el marcador. El cuadro de Toni Gino no fue capaz de conseguir un solo set, pero estuvo mucho más metido en el partido y a punto estuvo de apuntarse la primera manga. En ello tuvo mucho que ver el buen hacer de Nicolás Ronchi. El uruguayo, neutralizado en el primer encuentro, fue el gran protagonista del primer juego, en el que llegó a firmar nueve puntos.
Dos puntos de set
Los visitantes llegaron a ir cuatro puntos abajo (11-7), pero nunca arrojaron la toalla. No sólo llegaron a empatar (23-23), sino que, además, dispusieron de dos puntos de set (25-26 y 26-27). No supieron definir y dos poderosos saques del austriaco Thomas Zass –el primero acompañado de mucha fortuna– brindaron la primera manga a los locales (28-26).
En el segundo juego, el Ushuaïa Ibiza Voley fue siempre a remolque en el marcador, pero aguantando el tipo y manteniéndose vivo hasta la recta final. Después del 10-9 llegaron los problemas, pues los ahorradores consiguieron una máxima renta de cuatro puntos (15-11) con un remate de Fornés y la mantuvieron hasta el segundo tiempo técnico (16-12). Los de Toni Gino no lograron bajar de los tres puntos de desventaja (22-19) y, finalmente, claudicaron por 25-19, con una última acción infantil debida a una falta de rotación.
En la tercera manga, el conjunto amarillo salió a morder y, fruto de su buen hacer, se marcharon por delante en el primer tiempo técnico (6-8) con un certero remate de Elvis. El brasileño, en cambio, erró en el saque posterior y ahí comenzó la remontada del Unicaja, que, con 11-9 por delante, obligó a Gino a pedir tiempo muerto. No sirvió de mucho, pues la masacre siguió y el 15-9 ponía casi imposible la remontada. Pero si algo tiene este equipo es, además de calidad, corazón. A fuerza de fe y esperanza, el cuadro ibicenco se metió de nuevo en el partido al ponerse a un solo punto de su rival (17-16).
Acción, reacción
Piero Molducci le vio las orejas al lobo y paró el encuentro. Cuatro puntos consecutivos de los suyos elevaron la renta a cinco puntos (21-16), la misma con la que terminó el set (25-19).
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