Una cita con la historia en Alicante

Las grandes hazañas en el mundo del deporte exigen fuertes dosis de esfuerzo, compromiso y regularidad. Valores que ha puesto en práctica, con una precisión milimétrica, el Ibiza Club de Rugby, que esta tarde tiene una cita con la historia en Alicante.
El conjunto ibicenco defiende una renta de 43 goles en el partido de vuelta de la gran final por el ascenso a Primera Nacional, categoría que se ha resistido hasta ahora para el club que preside Mauricio Páez.
En la capital levantina aguarda cobijada y furiosa una escuadra universitaria que se dio de bruces en Can Misses (51-8), pero que vela armas para la batalla que tendrá lugar esta tarde en el estadio alicantino (18,00 horas).
Sin más ausencias que la del recién operado Ignacio Sparano, la expedición pitiusa, que conforman más de 30 personas, tratará de controlar el exceso de confianza y reservar la euforia para el tercer tiempo. «Tenemos el precedente de Cartagena, donde nos dieron la vuelta a la eliminatoria, por eso nadie se ha relajado esta semana. No hay nada hecho, pero queremos mantener esa ventaja. La clave estará en los 20 o 30 primeros minutos. Si conseguimos aguantar hasta el descanso, tendremos mucho ganado», indica el presidente del Ibiza CR a escasas horas de afrontar el duelo más importante en la corta vida de la entidad ibicenca.
La consigna del equipo es aplicarse defensivamente ante un rival que aún no ha dicho su última palabra. «No estamos acostumbrados a encajar muchos puntos, pero tenemos que plantear un partido muy defensivo para ganar gracias a la diferencia de puntos. Ellos no han tirado la toalla; están preparando muy bien el partido y es un gran conjunto que merece todo nuestro respeto», apunta Mauricio Páez, quien destaca sobre el plantel alicantino «la gran conexión que tiene el forward y su número 9 -Leandro Stella-, así como el apertura y el 12».
Evitar las exclusiones
Para mantener la cohesión defensiva será fundamental que el Ibiza CR evite sufrir exclusiones, circunstancia que se produjo en el encuentro de la semana pasada. En concreto, Paul Sheperd dejó a su equipo en inferioridad durante 10 minutos al recibir una amarilla.