Mariano Riera no ocultó ayer su decepción por el descenso administrativo de la SE Eivissa. El que fuera presidente rojillo hasta finales de 2004 destacó que el trabajo de los últimos años ha resultado estéril debido a que el club está abocado a la desaparición.
-¿Qué ha sentido al conocer el descenso a Regional de la SE Eivissa?
-Mucha tristeza. Todos los que hemos luchado y querido tanto al Eivissa sentimos mucha pena. Todo nuestro trabajo en estos años no han servido para nada. Ojalá que, al menos, no desaparezca.
-Desde el exterior, ¿cuál cree que ha sido el problema?
-Los presupuestos se tienen que hacer conforme a lo que se puede realmente llevar a cabo. La SE Eivissa llevó a cabo un presupuesto por encima de sus posibilidades, por lo que ha pasado lo que ha pasado. Es muy triste. Ahora se ve amenazado con la desaparición y la posibilidad de tener que cambiar de nombre y crear un club nuevo, porque las deudas son muy fuertes. Si se quiere seguir con el mismo nombre, habría que pagarlo todo y eso parece imposible. Es muy triste y lamentable.
-Entonces, piensa que el error estuvo en el presupuesto.
-Lo que sí es verdad es que era elevado y las posibilidades del club eran limitadas. Hacía ya unos meses que veíamos venir esto. Lógicamente, si no se cumplía con las obligaciones y contratos, la AFE y la Federación Española iban a tomar medidas, como así ha sido.
-Pedro Ortega defiende que usted, cuando dejó el club, lo hizo sin sanear y él tuvo que poner dinero de su bolsillo nada más llegar.
-El club estaba saneado cuando lo cogió el señor Ortega, pero ahora no tiene nada que ver. Son pequeñeces comparado con el problema que hay actualmente, y no tiene nada que ver una cosa con la otra. Sé que Pedro Ortega lo está pasando muy mal. Le deseo lo mejor. Siento lo que está pasando, me pongo en su pellejo y sé que lo está pasando muy mal. Quizá no es el culpable de todo esto, porque, a lo mejor, no ha estado en el día a día del club y sea ése el problema que ha tenido. Pero el problema de ahora no viene de hace cinco años, cuando yo me fui, porque yo dejé el club en 2004 y estamos en 2009. y difícil que puedan pagar todas las deudas. Yo no quiero que desaparezca, pero es un momento preocupante en el aspecto económico y deportivo.
-Usted conoce a la cúpula directiva. ¿Qué evaluación hace de ella?
-He conocido bien todas las directivas del Eivissa. El club es presidencialista y se mueve en torno al presidente. No vamos a echar toda la culpa al presidente, porque yo creo que el señor Ortega ha obrado de buena fe, pero puede ser que, en algún momento, por no haber estado en el día a día del club, haya fallado. Es una pena, pero no es el momento de echar culpas a nadie, sino de pensar en que hay que rectificar los errores cometidos. Lo que sí es verdad es que es una pérdida para el fútbol ibicenco, porque es un club muy querido. A ver si podemos tirar hacia adelante, aunque sea en Regional, para volver arriba.
-¿Es usted de los que piensa que el fútbol pitiuso acaba en el Eivissa?
-No. El fútbol ibicenco no acaba en el Eivissa. Es uno más, pero sí que es importante. Estoy seguro de que los demás clubes, llámense San Rafael o Peña, echarán mucho de menos al Eivissa por no estar en Tercera, ya que arrastra mucha gente y los derbis son muy bonitos. Desgraciadamente, este año no podrá ser. Esperemos que sí en los próximos. Seguro que el Eivissa se levantará, porque tiene mucha gente que lo quiere y todos vamos a tirar de él.
-Si desaparece, ¿se animaría a volver a la directiva del nuevo Eivissa?
-Si desaparece, seguro que haremos otro Eivissa, y yo estoy dispuesto a colaborar en él toda mi vida. Lo que está claro es que ya pasó mi época de presidente. Sí digo que estoy dispuesto a colaborar con quien esté, a dar mi apoyo, experiencia y consejo en todo lo que pueda, porque el Eivissa está en nuestro corazón y lo llevamos todos dentro. Se llame como se llame, renacerá de sus cenizas y, entre todos, tiraremos hacia adelante.
-¿Qué le han parecido las reacciones de los jugadores, que han tachado de mentirosos y sinvergüenzas a los directivos?
-Las reacciones me parecen normales. Ellos tienen una familia, unos hijos... Defienden sus intereses y es lógico que protesten. Todos tenemos que ser conscientes de que son profesionales del fútbol, y un empresario no puede olvidarlo. En este caso, la directiva tenía que velar por sus trabajadores, como sucede en toda empresa.
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