El autobús del Barcelona, con los tres trofeos al frente, durante su trayecto por las calles de la Ciudad Condal.

EfeBARCELONA

Alrededor de 750.000 personas tomaron ayer la capital catalana desde primera hora de esta tarde para recibir al Barça del triplete, el equipo que el miércoles se coronó en Roma campeón de la Copa de Europa, cerrando una temporada histórica en la que también ha sumado los títulos de Liga y Copa del Rey.

Después de aterrizar en el Prat, la plantilla azulgrana recorrió las calles de la ciudad en un autobús descapotable, en cuyo piso inferior iba cómoda y confortablemente instalada la ansiada Copa de Europa.

Banderas colgadas de los balcones, miles de personas, con bufandas y otros distintivos azulgranas, apostadas en las aceras, jalearon a los jugadores del Barça al paso de la caravana, que empezó en la plaza de las Drassanes y pasó por el paseo de Colón, Vía Laietana, las calles Pelayo y Fontanella, la ronda Universidad, Aribau, Urgell y Córcega, la avenida Sarrià y la travessera de les Corts, ante de llegar al Camp Nou, donde concluyó la fiesta.

Vestidos con una camiseta azul en la que podía leerse 'Copa, Lliga i Champions', los jugadores del Barcelona se lo pasaron en grande encima del descapotable. Como siempre, Piqué ejerció de animador de la fiesta, arengando a los aficionados a entonar sus cánticos y rociando con cerveza y cava a todos sus compañeros. Messi, en cambio, lucía divertido un gorro de la Guardia Urbana de Barcelona.