EfeMADRID

España regresa hoy al estadio Santiago Bernabéu para disputar el partido más complicado de su exitoso caminar al Mundial 2010, ante la patriota y combativa Turquía, en la vuelta a casa de Vicente Del Bosque, comandando una selección que no pierde desde el 15 de noviembre de 2006.

Se marchó Luis Aragonés dejando a la 'roja' en el estado más glorioso de su historia y Del Bosque no ha hecho más que ampliar el dulce momento. Cuenta por triunfos sus partidos y afronta el doble enfrentamiento ante el rival más respetado del Grupo 5, Turquía, con la posibilidad de poner el sello en el pasaporte al Mundial 2010.

Convertida la selección en un paraíso futbolístico que nadie se quiere perder, los jugadores hacen todo lo posible por participar del fútbol de toque vistoso que tiene enamorado al país. A tres días de la cita ya no había entradas para el Bernabéu. La fiesta debe continuar.

Elegidos

Y no quieren perdérsela jugadores que llegaban 'tocados' pero que nadie dudaba que darían todo por estar entre los elegidos. Figuras claves como Xavi Hernández en la creación o David Villa en la definición. Virtuosos como David Silva. Las molestias físicas son menores cuando el jugador acude a la selección.

Más graves son los problemas de Carlos Puyol y Andrés Iniesta. Dos bajas importantes para Del Bosque ante Turquía. Probó en el último partido, amistoso ante Inglaterra, con Gerard Piqué y el resultado fue positivo. Se perfila titular el joven central del Barcelona, mientras que Santi Cazorla asume el reto de hacer olvidar por unas horas la magia de Iniesta. La idea de Del Bosque es jugar con dos puntas. La evolución de David Villa, con una lesión de rodilla, le permite ser titular con Fernando Torres y aspirar a ampliar su récord de partidos consecutivos marcando. Hizo historia ante Inglaterra, en su sexto encuentro consecutivo y no quiere parar con un solo objetivo: igualar los 44 goles de Raúl González, el máximo artillero de la roja.

Día especial

Será el día más especial de Del Bosque como seleccionador. Aunque no lo transmita, el regreso a casa, al estadio del club de su corazón en el que vivió gran parte de su carrera como futbolista y tocó la gloria como técnico, será un momento imborrable. Su salida en el final de temporada del 2003, cuando Florentino Pérez buscó otra imagen de técnico, fue el fin a unos años repletos de éxito.

El Santiago Bernabéu vivirá un ambiente festivo, lleno, con sus gradas teñidas de rojo y gualda, con el deseo de ver como España, primera del Grupo 5 con 12 puntos, aumenta distancia con sus perseguidores y da el primer paso hacia el Mundial de los dos que afronta en una semana clave ante Turquía.