Uno de los integrantes del equipo Huracanes se prepara para batear una pelota lanzada por su rival. Foto: GERMÁN G. LAMA

Rubén J. Palomo

La historia del béisbol en las Pitiüses no podría explicarse sin la inestimable participación del murciano Joaquín James. A sus 44 años, el padre de este deporte yanqui con escaso arraigo en la cultura española consiguió escribir un nuevo capítulo del juego del bate y la pelota en Eivissa. El club que él mismo fundó en 2005, Béisbol y Sófbol Ibiza, no sólo cuenta desde finales de 2008 con una nutrida cantera, sino que puede presumir desde el pasado sábado de contar con instalaciones para disfrutar de su práctica deportiva.

El Ayuntamiento de Sant Josep ha cedido al club un terreno de juego en la zona de sa Carroca, con torres de iluminación y vestuarios, por un periodo de tiempo sin definir. El pasado sábado se llevó a cabo la inauguración del campo de béisbol con un encuentro amistoso entre los dos equipos escolares: Los Huracanes y los Kob. Ambas escuadras cuentan con 18 jugadores de entre 9 y 14 años y están dirigidas por el propio James (Huracanes) y por Giovanni Orellana (Kob), otro erudito de la materia.

El béisbol sigue ganando fuerza y adeptos en España, que actualmente ocupa el puesto 16 en el ranking mundial según la Federación Internacional de Béisbol (IBAF) por delante de países como República Dominicana, Alemania, Brasil o Francia.

Desde hace años la tarea de Joaquín James ha sido difundir y promocionar este deporte en la isla. «Nos estamos dando a conocer a través de papelitos. La promoción se ha hecho en los colegios e institutos de Vila. Los chicos salen de ahí porque la escuela municipal de béisbol de Can Misses aporta muchos chavales», subraya el técnico murciano.

Desde que se formaron los dos conjuntos filiales, nutridos por chicos y chicas de procedencia latinoamericana (Kob) e ibicenca (Huracanes), el objetivo era buscar una zona para practicarlo y, por supuesto, enseñar las reglas y técnicas de juego. «Los chicos reciben entrenamientos y se les ha explicado las reglas, estrategias, etcétera, porque es un deporte que parece fácil, pero es muy práctico», apunta James. «Básicamente son dos equipos; uno batea y otro defiende el campo. Los que defienden, si consiguen tres eliminados se turnan y pasan a atacar. Lo que se trata es que no conquisten las bases porque así anotarían una carrera (tanto, gol). Lo importante es batear la pelota lejos de la defensa contraria para poder correr por las bases y cuando defiendes, todo lo contrario: tratar de recuperar la pelota lo más pronto posible para evitar que el corredor alcance la base», añade.

El club Béisbol y Sófbol Ibiza lleva años en marcha, pero el pasado sábado recibió un empujón definitivo para llevar a cabo una floreciente germinación. Cantera y terreno de juego. Dos aspectos fundamentales para seguir creciendo.

El club no cuenta con ayudas ni presupuestos. La ilusión de los jóvenes deportistas, el apoyo de sus familiares y la dedicación y conocimientos de personas como Joaquín James o Giovanni Orellana ya ha hecho realidad el primero de sus sueños: disfrutar de un partido de béisbol entre futuras promesas.

«El objetivo es jugar y seguir consolidando este deporte en la isla. Que existan más equipos en otros sitios, tener garantías de ir fuera a competir y que vengan equipos a jugar a la isla». Ése es el deseo del padre y fundador del club Béisbol y Sófbol Ibiza, Joaquín Orellana. Con la formación de los dos equipos canteranos, Huracanes y Kob, comienza a forjarse la idea de crear una liga insular. Para ello James estima en cuatro los conjuntos necesarios para iniciar un campeonato. «Nuestro deseo es seguir promocionando este deporte, que halla más equipos de jóvenes. Al menos cuatro equipos para jugar una liga y que puedan salir también fuera de la isla. La idea es hacer amistosos en la península, en Cataluña o Valencia», asegura James. Desde el club esperan invitar a equipos de fuera de la isla para poder jugar y darse a conocer de forma definitiva tanto dentro como fuera de la isla. El presidente asegura que «el año pasado se hizo un par de amistosos, primero en Gandía y luego Gavà» y es que Joaquín James es un enamorado del bate que por fin ha dado salida a su verdadera pasión: «Yo he sido jugador de béisbol y Giovanni también. Necesitábamos darle salida a nuestro conocimiento, devolverle al béisbol todo lo que nos ha enseñado y la mejor forma era a través de los chicos».