Apenas unas horas después de aterrizar en el aeropuerto de Nueva York, la plantilla del Barcelona se ejercitó suavemente en un escenario poco habitual para un equipo profesional de fútbol, el North Meadows Fields de Central Park. Junto a un buen número de paseantes, curiosos y aficionados al béisbol que practicaban su deporte en Central Park, los jugadores azulgrana realizaron una sesión de carrera continua y algunos estiramientos durante poco más de media hora.

Sin el atrezzo propio de un entrenamiento habitual (ni balones ni porterías ni botas), el Barça se entrenó escoltado por la presencia de quince policías del New York Police Department (NYPD) encargados de la seguridad. Los agentes, la mayoría de origen hispano, integrantes del equipo de fútbol del cuerpo de policía de Nueva York, trabajaron fuera de su horario laboral. Tan sólo dos jugadores de la cantera, Víctor Sánchez y Jeffren, ambos con problemas musculares, se entrenaron al margen del grupo.