Entre Portimao y Málaga, el Touareg del madrileño aventajó a los Montero de Nani Roma y Luc Alphand, tercero y primero del año pasado, que sin correr excesivos riesgos rompieron el monopolio de Volkswagen en la primera etapa. Sainz puso rumbo a Málaga, donde termina la etapa antes de embarcar con destino a Marruecos, con un botín menos precioso que el logrado el año pasado, cuando venció en las dos etapas europeas, pero con la convicción de que se siente más sólido para afrontar el desierto africano.
El español, además, no lidera la general, que ha conservado por 45 segundos el portugués Carlos Sousa, vencedor el sábado. Los 67 kilómetros cronometrados, disputados todos ellos en territorio luso, estuvieron marcados por un terreno duro y cambiante, que la humedad de la niebla convirtió en una pista de patinaje para los participantes obligados a negociar con prudencia y habilidad cada curva. Sainz se encontró ahí con un terreno abonado para su condición de velocista e impuso su ley en algo menos de una hora (59:26), 29 segundos menos que el tiempo marcado por Roma y Alphand.
El resto de los favoritos cedieron entorno al minuto de tiempo con el madrileño, a excepción del finés Ari Vatanen, que vio como su Touareg quedaba atrancado en un barranco y dejó escapar más de dos horas y media en la meta, además de la práctica totalidad de sus opciones de ganar su quinto Dakar.
La cruz de la moneda de la jornada para Sainz puede vivirse hoy, porque el español abrirá el camino de la tercera etapa, lo que dará un trabajo suplementario a su copiloto para encontrar la buena ruta que le lleve a Er Rachidia. Eso puede ser una desventaja con respecto a los que vienen detrás, los dos Montero de Roma y Alphand. El madrileño restó importancia a este asunto y mostró entera confianza en la experiencia de su copiloto.
Roma, por su parte, confesó que primó ayer la prudencia para no abrir hoy la ruta y no ocultó que espera con ansia que el terreno africano endurezca la prueba. Sainz atravesará el estrecho con un pequeño colchón con respecto al resto de los favoritos, una ventaja que, si no se consolida, se disipará como la espuma entre las dunas del Sahara.
En motos se repitió el podium de la víspera pero con las dos primeras plazas invertidas, porque Helder Rodrigues se impuso a su compatriota Rubén Faria, víctima de una caída que le hizo perder más de un minuto, mientras que el español Isidre Esteve repitió la tercera posición a 1:45 minutos. El defensor del título, Marc Coma, fue quinto en la etapa a 2:26 del ganador tras seguir una estrategia conservadora.
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