Efe|DORTMUND
El seleccionador español, Luis Aragonés, afirmó que ayer se levantó «enfadado pero con la conciencia tranquila», después de la derrota contra Francia en octavos (3-1) y subrayó que no ha cambiado su postura, insinuando que dimitirá al no haber alcanzado su objetivo de superar los cuartos de final. «Me he levantado con el enfado propio de no haber llegado a donde uno quería, pero con la conciencia tranquila. Como máximo responsable tengo la preocupación de no haber conseguido los logros que buscábamos», declaró en el aeropuerto de Dortmund poco antes de emprender viaje de regreso a Madrid.

Con respecto a su futuro, Aragonés se ratificó en su postura: «ya dije lo que iba a hacer y es cuestión de esperar unos días y ver las cosas con serenidad. Lo normal ya lo sabéis y no tengo que repetirlo mil veces. Ya lo dije en su momento».

El seleccionador español dijo antes del Mundial que dejaría el cargo si España no superaba los cuartos de final, una fase a la que ni siquiera ha llegado esta vez. «Soy el máximo responsable de que nos vayamos tan pronto del Mundial», afirmó. «Lo que se haya hecho bien está bien, y lo que mal está mal».

Aragonés seguirá trabajando en los banquillos en cualquier caso. «Voy a seguir entrenando, lo que no sé es dónde. Depende de muchas cosas. Es cuestión de ver como se quieren hacer las cosas, pero no quiero hablar de eso ahora. Lo único que importa es que nos han echado del Mundial». El técnico insistió en que «se han hecho cosas buenas y cosas menos buenas» y en que no ha cambiado su discurso respecto a su futuro en el cargo. Aragonés admitió que «es normal que haya decepción» y subrayó: «Mientras no consigas llegar a una final y ganarla será un fracaso para el fútbol español». Con respecto al partido ante Francia, estimó que fue «un partido igualado que ganaron por pequeños detalles, lo supo hacer mejor». Aragonés se concedió un compás de espera antes de anunciar su decisión: «Las decisiones hay que tomarlas con frialdad».